Cargando...
Así como la piel del rostro envejece, las arrugas también se hacen presentes en las manos, por eso es tan importante encremarlas regularmente al igual que la cara.
La piel que recubre las manos no tiene muchos tejidos grasos y por eso cuenta con pocos lípidos protectores. Tampoco tiene muchas glándulas sebáceas. Esta falta de secreciones hace que el manto de protección ácido cuente con menos sustancias. Este manto tiene como objetivo estabilizar los valores del PH, engrasar la superficie de la piel y conservar la humedad.
Pero la piel de las manos es casi tan delgada como la de la cara, lo que la vuelve muy sensible y hace que envejezca rápido. La piel de las palmas de las manos tampoco es muy fuerte: directamente no tiene glándulas sebáceas. Por eso, bajo determinadas circunstancias, las manos se secan mucho. Razón de más para mantenerlas hidratadas con cremas, especialmente cuando hace mucho frío o están expuestas al sol o a agentes agresivos.