La supervivencia emocional

El doctor Arturo Ezquerro, español, y su esposa, la doctora María Cañete, paraguaya, profesionales de la salud mental y residentes en Londres, brindaron jornadas de capacitación en nuestro país. Aprovechamos para conversar sobre los vínculos afectivos.

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El doctor Arturo Esquerro lleva 34 años trabajando como médico psiquiatra y psicoterapeuta psicoanalítico, y fue invitado especialmente para lanzar su libro Relatos de Apego.

La doctora María Cañete trabaja desde 1983 en Londres, donde se formó como psicoterapeuta psicoanalítica. Ambos se formaron en la Tavistock Clinic. Los expertos fueron invitados este año a Paraguay por el centro psicológico Psicovínculos. “El tema que desarrollamos en las jornadas fue sobre el apego y el desarrollo humano. Me pareció un proyecto muy lindo -refiere Esquerro-, sobre todo para formar alianzas entre diversos países y difundir una filosofía sana de las relaciones de apego”.

El psiquiatra presentó aquí su libro Relatos de Apego, en el cual narra la biografía de su mentor, el doctor John Bowlby (padre de la teoría del apego), con quien trabajó durante 6 años, además el material constituye un exhaustivo estudio de investigación sobre las raíces del apego humano. Por su parte, la Dra. Cañete tiene vasta experiencia en utilizar esta terapia en pacientes psicóticos.

-¿Cuál es la definición sencilla del apego?

-MC: El apego nace dentro del psicoanálisis, pero fue abarcando otras áreas como la psicología evolutiva, la biología, la etología. En realidad “apego” no es la mejor traducción. La palabra original es attachment. Se podría haber traducido como vínculos afectivos, pero como no define algo específico, se eligió la palabra apego.

-AE: Apego es un término que puede malentenderse. Coloquialmente apego es como aferrarse a algo/alguien, a las drogas, al dinero, etc. Lo que J. Bowlby descubrió es que todos los seres humanos nacemos con un sustrato instintivo que llevamos hasta que morimos. Este sustrato hace que busquemos relacionarnos con otras personas; el bebé al comienzo con la madre, y luego se va extendiendo ese círculo de apego. Bowlby se nutrió por un lado de la teoría de la evolución de Darwin, y por el otro de las teorías psicoanalíticas de las relaciones humanas; integró estas dos disciplinas del saber y así nació la Teoría del apego, que ya ha dejado de ser teoría, porque todo el mundo sabe que necesitamos afecto, ser queridos, tener una base segura a la cual volver cuando nos encontramos amenazados o en una situación de enfermedad, de peligro, de ansiedad.

-Idealmente, tenemos protección y aceptación, amor en nuestra familia.  AE: Sí, la familia es el origen, pero el apego no se detiene ahí, sino que conlleva exploración. Cuando uno sabe que cuenta con una figura de apego, que le quiere, le entiende, le acepta, se siente seguro y explora. La exploración es un componente crucial del sistema de apego; esto ocurre en el colegio, la universidad, el trabajo, el grupo político, deportivo, religioso, todo eso también es importante para nuestro crecimiento como personas y profesionales.

¿Qué sucede cuando en la familia no se da esa seguridad? Hay mamás que no son demostrativas afectivamente.

-MC: Como decía Arturo, existe un sustrato instintivo, y a ese sustrato se le suma la relación con el medioambiente.

-AE: En una relación óptima con la madre se establece lo que se llama apego seguro, mediante el cual va a confiar en las demás personas, creer en la bondad, va a tener facilidad para formar otros apegos seguros; pero sí, puede ocurrir que la madre esté enferma, le abandona, está ausente, entonces lógicamente en el niño va a desarrollar un apego inseguro, porque tiene una necesidad de cercanía, afecto, aceptación y no la tiene. Pero como nace con la necesidad de relacionarse con otras personas, va a seguir buscando esa relación. Entonces se establecen otros estilos de apego.

-¿Cuáles?

-AE: Puede ser el sano o seguro y los que llamamos inseguros ansiosos: “la madre está disponible a veces y otras no”, o ambivalente: “me querés pero no me querés”, los padres guardan una distancia, no haciéndole caso, el niño llora, pide ayuda y no responden. Luego, el apego evitativo, cuando con el paso del tiempo, el niño va diciendo “no quiero llevarme más desilusiones de buscar apego y encontrar un rechazo”, entonces mantiene una distancia, pero la necesidad de apego sigue dentro de él; son esas personas que más adelante a lo mejor conocen a una pareja y tienen mucho miedo a la intimidad, entonces tienden a evitarla.

-¿Es posible, habiendo sufrido apegos dañinos, salir adelante?

-AE: En eso quiero poner énfasis. Incluso cuando en los primeros años de la vida hay muchas adversidades, en las etapas posteriores va a haber nuevas oportunidades para mejorar gradualmente esas relaciones de apego inseguro o desorganizado -con la ayuda de terapeutas, docentes, personas más cariñosas, personas que puedan captar lo que necesita-.  -En nuestra cultura se relaciona la protección con el contacto físico, dar besos y abrazos, a veces en exceso.

-MC: El apego sano no es tanto caricias y besos, sino sentir que uno está protegido. Está estudiado en neurología, y en neurociencias se ve que los seres humanos podemos aprender, encontramos la motivación dentro de unos límites. Por encima de eso, cuando ya se vuelve ansioso, cuando crece el nivel de estrés, uno ya no aprende. El efecto del apego, que también se da en los animales (un bebé elefante es protegido por la manada) nos vuelve indestructibles. El apego sirve para la supervivencia emocional.

“Hay un tipo de apego mucho más dramático, que es cuando se ha producido un abuso de tipo sexual y físico; ahí es muy difícil establecer un patrón de apego identificable, por eso se tiende a llamar apego desorganizado: niños que van de un extremo a otro, que no saben dónde se encuentran, que pueden llegar a buscar una figura de apego y ser nuevamente abusados”. Los doctores Ezquerro y Cañete han tocado en charlas un tema delicado: el del abuso sexual.

“Lo que buscamos en la charla es investigar el paralelismo entre el abuso sexual infantil y el abuso sexual perpetrado por personas que están en posición de poder, y entonces vamos a intentar fomentar la conciencia en problemas de familia y otras instituciones de la sociedad, con el objetivo de maximizar la prevención, así como el apoyo y la terapia para las víctimas. Y vamos también a denunciar las actitudes de secretismo, silencio, negación y mentiras que perpetúan este crimen relacional”, aseveran.

-¿Cómo se relaciona el abuso sexual con el apego?

-AE: De ahí partimos, desde la perspectiva del apego, algo que hasta ahora no se ha hecho; yo llevo varios meses investigando y hay poquísimo escrito desde este enfoque. Una de mis hipótesis es que hay no solo una explotación sexual de los niños por las personas adultas, sino también una perversión del significado del apego. Por ejemplo, una niña pequeña que se acerca al padrastro buscando afecto y este adulto pervierte esa necesidad inocente de apego y la utiliza para sus deseos sexuales.

-¿Qué ocurre cuando esa niña se vuelve adulta, fuerte y capaz de defenderse?

-AE: El abuso se puede seguir dando cuando hay una relación asimétrica, de subordinación. Las personas abusadas son mucho más vulnerables; si uno no ha internalizado el apego seguro, no sabe captar de dónde puede venir el peligro. Cuando hablas de “ser fuerte”, yo lo entiendo más bien como autoprotección.

-MC: Nadie puede justificar una situación abusiva, porque cada quien es responsable de su conducta, y en situaciones donde uno está en relación de poder tiene, por supuesto, más responsabilidad.

María y Arturo cerraron la entrevista diciendo estar muy contentos por visitar y poder compartir conocimientos con colegas paraguayos y otros profesionales. “Cuánto más visito y conozco este país, más lo quiero -remarca Arturo-. Nos sentimos muy apegados al Paraguay”.

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