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¿Ha cambiado el amor maternal?, ¿qué sienten las madres que no están las 24 horas al día en su casa?, ¿era mejor cuando mamá no salía a trabajar fuera? Muchas preguntas que las mujeres no se hacen o si se las formulan, tantas se sienten culpables. “Definitivamente hoy se sigue otro modelo de madre porque antes no había dudas sobre los roles de ella, hablamos de 50 o menos años atrás. Nadie dudaba de que una mamá debía quedarse en casa. Hoy todo fue cambiando y también las expectativas sobre la mujer: tiene que tener un trabajo, una carrera, ser linda. Cosas que no solo se las exige la sociedad sino ella misma se las autoexige para sentirse exitosa”, dice la Dra. en psicología Susana Vázquez. Esta nueva construcción femenina, paga sin dudas algún precio, menos tiempo para estar con sus hijos, menos mimos, abrazos, besos. “Muchas veces el cansancio, el estrés, provoca mujeres irascibles, exhaustas, estresadas, no tienen ganas de nada, solo descansar. Hay casos en los que otra persona cumple el rol maternal, puede ser la empleada o la abuela”. Las madres tienen que ser malabaristas para conciliar con todos. Que la madre debe ser amorosa es de poema, “en la realidad a veces llega ella cansada, su marido cansado, o ella quiere salir con sus amigas, ¿quién contiene a los niños? Optar por darles el celular o regalarle cosas para que se entretenga es muy común, pero no es lo mejor”. La Dra. Vázquez sostiene que los medios influyen en los deseos y comportamientos de la mujer y madre “se trabaja un mandato a la mujer de ‘ser libre’ y se lo relaciona mucho con el dinero en el bolsillo, y, al final, esa manera de pensar termina siendo un encarcelamiento”
-¿Cómo ser esa mamá equilibrista?
Hay que hacer una reingeniería de las actividades. Priorizar lo más importante, su hijo tiene que tener buena calidad de relación. Los hijos necesitan presencia materna, no solo comprarle cosas, hay que interesarse humanamente.
-¿Sufren la distancia más las mamás amorosas?
Si hablamos de la mamá clásica, sí, pero hay todo tipo de madres y situaciones: mamás solas, mamás sin mamá que las ayude, sin marido. Lo común hoy día es el estrés que sienten, tengan o no una carrera. Hay que educar a los chicos para que colaboren -ponerse de acuerdo con el esposo-, eso también va a retribuir en una mejor relación de amor.
-Mamá y estrés entonces están muy unidos
Las mamás terminan explotando por estrés. Muchas buscan ayuda profesional. Es que algunas madres son tan responsables que quieren hacer todo, son perfeccionistas y acaban enfermándose. A veces creen que solo ellas pueden hacer bien las cosas y no es así, hay que distribuir las tareas y responsabilidades. Yo, como psicóloga, les hago tomar conciencia de la administración y delegación de tiempo para los hijos.
-El estrés también puede crear madres severas
Severas o extremadamente permisivas. Vivimos en un tiempo caótico. Hoy los hijos no perdonan, pasan factura, denuncian. Hubo grandes cambios sociales en las expectativas, en los modelos de madre, pero lo que no cambia es que el amor tiene que existir, es un requisito imprescindible para que funcione una relación de madre-hijos.
-Tal como hay madres que colapsan, hay otras que todo lo soportan o resisten, se las ve saludables y felices
Hay madres para cada tipo de familia, está el caso de las madres de familias ensambladas, madres que crían hijos, hijastros, sobrinos, nietos, etc. y están sanas, son corazones bendecidos. Pero lo que tenemos que entender es que así como antes teníamos un modelo de madre, hoy tenemos otro con sus características.
Para la Lic. Sandra Basili, psicóloga, cada madre ama de la manera que sabe. “Cuando alguien dice ‘¡cómo ama esa mamá, cómo acompaña en todo a su hijo, no lo abandona”, está hablando de una mamá, pero hoy las madres somos además esposas, amigas, deportistas, profesionales, somos mujeres, somos equilibristas. La mamá hoy tiene que hacer un compendio de todo lo que hace y, desde ahí encontrar su manera de amar. La mamá actual tiene que amar amorosamente desde su cansancio; llega y no tiene a energía para hacer las tareas con sus niños, jugar o armar un rompecabezas, y al no poder, surge la culpa”. Según la profesional, muchas mamás viven hoy su maternidad con mucha culpa. “Lo que tienen que hacer es coordinar su vida de una manera orgánica, para poder sentirse bien con lo que hacen y sentirse a gusto con su manera de ser mamá. Para algunas es olvidarse de ellas y ser mamá a pleno, para otras es cuidarse ellas mismas para estar bien y poder ser mejor mamá”
-¿Es el amor de madre muy juzgado desde afuera?
Totalmente. Hoy se le juzga mucho a la mujer, por ejemplo, si está espléndida se deduce que los hijos están desatendidos. Por eso hablo del ser orgánico en la vida, que es integrar todas las partes de tu vida y lograr que todas tengan el mismo peso, aunque varíe el peso de la maternidad entre unas y otras mujeres. Hay madres que no mandarían jamás a su hijo de 13 años solo al dentista, mientras que otras, creen que ya es grande y puede hacerlo solo.
-¿Qué retiene esa culpa?
La culpa va a seguir estando si no puedo conciliar mi vida personal con mi vida de mamá.
-¿Por qué el amor de mamá es tan importante?
Porque tiene un valor nutricio, o sea, no podemos negar que el amor de una madre es el amor que favorece y genera los principales vínculos familiares: cuando el niño es abrazado por su madre, duele menos la caída; la mirada tierna de la madre, ese amor habla de la incondicionalidad, que es un amor muy difícil de encontrar fuera de la casa, donde pienso “me quieren por lo que hago y no por lo que soy”. El hijo sabe que el amor de madre es incondicional y por eso es un amor que sana.
-Si es un amor naturalmente incondicional, ¿porqué se cuestionan cómo amar?
Hoy la tecnología ayuda mucho a la mamá para facilitarle las tareas en la casa, eso también es amor, pero si nos preguntamos ¿cómo ama mamá? La respuesta es que ama con muchas inquietudes y cuestionamientos “¿será que soy buena mamá?” “¿será que es violento porque yo fallé en algo?” Y esto sucede porque hoy la sociedad culpabiliza. Esto no excluye mis responsabilidades, pero también una se tiene que replantear un montón de cosas, ¿hasta dónde estoy o no para mis hijos? Pero sabiendo que es imposible actualmente ser solo mamá, porque si me quedo en casa y soy solo mamá, me alejo de las cosas que necesitan saber y entender mis hijos. Hoy las mamás son muy activas y actualizadas.
-¿Cómo asegurarnos que nuestro amor llega y se valora?
De todo, lo más importante es el amor mismo, pero tiene que ser redireccionado. Por ej. si llego cansada a casa, necesito unos minutos para mí, para descansar un poco y después estar plenamente con mis hijos, y no llegar, dejar la cartera y ponerme a atenderlos, eso me va cargando cada día y así voy a sentir que el amor pesa. Tengo que parar reorganizarme interiormente. No puedo trabajar el 80% y el 20% ser mamá. En realidad, la prioridad para una mujer son sus hijos, pero tengo que ser una mamá que dé este mensaje a mi hijo: puedo darte amor sin necesidad de renunciar al resto de mi vida. A todos los niños les gusta ver que su mamá se cuida, que está feliz. Finalmente, si uno pudiera encontrar un equilibrio entre el tipo de madre que quiero ser y que tipo de madre necesita mi hijo, si pudiéramos encontrar un punto medio entre las dos cosas, sería lo mejor, porque ni dejaría de ser yo misma, ni renunciaría al afán de ser madre.
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