De la botella al plato: cocinar con cerveza

Rubia, negra, roja...la cerveza tiene muchas facetas. La mayoría de las personas la bebe, pero no es ninguna novedad que cada vez más chefs la empleen en la cocina en salsas, para darle un gusto especial al pan o incluso como nota cítrica en los helados.

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La mayoría de los gourmets conocen la versión más clásica de la cocina con cerveza, como marinada para grandes pedazos de carne. La cerveza es estupenda para marinar carnes de cerdo: basta con masajear bien la carne con una mezcla de la bebida, especias y limón y dejarla reposar entre 24 y 48 horas.

Esta receta no es ninguna novedad, pero es un buen ejemplo de por qué la cerveza es tan buena como ingrediente de cocina. En la carne tiene distintos efectos: en primer lugar, la carne toma el sabor de la cerveza. En segundo lugar, la malta contiene azúcares que ayudan a crear un efecto caramelo al cocinarla. Y en tercer lugar la levadura natural hace que al cocinarla la carne quede tierna.

Sin embargo, también hay otro tipo de recetas. En principio, el único límite es la propia fantasía. La cerveza sirve para enriquecer salsas, mejorar postres e incluso para recetas que llevan horno, como un pan de frutos secos.

Pero, ¡atención! No todas las cervezas son iguales y no todas las variedades son aptas para cocinar. Para los principiantes se recomiendan las cervezas negras: debido a su alto contenido de malta, le brindan un buen aroma a muchos platos.

Clara o oscura, con malta o lúpulo no son las únicas variables que distinguen a una cerveza. Se estima que hay unas 150 variedades de cerveza, entre ellas rarezas como las cervezas belgas saborizadas con frutas. Las posibilidades de experimentación son grandes, sobre todo desde que se dispersó de Estados Unidos al mundo la ola de las cervezas artesanales.

Uno de los expertos en craft beer y demás es el autor de libros canadiense Stephen Beaumont, que reconoce también que la amplia variedad de nuevas cervezas se puede usar para cocinar.

Entre las recetas que menciona en sus libros hay una mostaza de cerveza porter o una salsa para bistecs con cerveza negra stout. También hay costillitas de cerdo con salsa de cerveza y chocolate e incluso una salsa holandesa en base a cerveza para acompañar un salmón ahumado con lúpulo. A la hora de cocinar almejas, las prepara con coco y cerveza de trigo belga y las sirve con una buena kölsch.

Con tanta variedad, es posible armar todo un menú con platos con cerveza. Muchos restaurantes ya lo están haciendo y los más top están comenzando a ofrecer no sólo un sommelier de vinos, sino también de cervezas, para que ayude a encontrar la bebida ideal para todo menú de varios pasos.

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