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Por supuesto, con el test afirman que esta supuesta deficiencia se puede compensar rápidamente con un preparado de venta libre que ofrece la misma empresa. Qué casualidad.
La falta de vitamina D es un problema real. Pero eso no significa que a la mayoría de las personas le falte. Y es que la vitamina D es la condición previa de una hormona muy importante para la vida. Y a diferencia de otras vitaminas, el ser humano apenas la consigue a través de los alimentos. Entre el 80 y el 90 por ciento de esta vitamina es creada por el mismo cuerpo en la piel con ayuda de la luz solar.
En muchos países donde el sol no es tan frecuente, como Alemania, cada vez más personas creen que les falta vitamina D. ¿Pero qué sería una deficiencia? Los médicos afirman que recién se habla de ella cuando las personas presentan síntomas, es decir, se enferman.
De acuerdo con el prestigios Instituto Robert Koch de Alemania, alrededor de la mitad de los adultos en Alemania, país donde el invierno es bastante largo, no alcanza la concentración considerada óptima.
¿Significa esto que tienen una deficiencia? No, pero podría ser que corran el riesgo de sufrir una deficiencia. Este riesgo existe siempre si se está por debajo del valor óptimo. Pero los médicos recién hablan de deficiencia cuando el valor es mucho más bajo. Y esto pasa relativamente poco.
Los que corren más riesgo son los bebés, que por eso reciben vitamina D como para estar cubiertos, y otros grupos, como personas que no abandonan su casa o lo hacen solo muy cubiertas, mayores de 65 años y las personas de piel oscura. En el caso de estas personas se evalúa una administración profiláctica de vitamina D.
De todas formas, a nadie le gusta estar escaso de nada. Pero, ¿qué significa esto en concreto? La realidad es que no se sabe a ciencia cierta. Y en tanto no haya datos fehacientes, los endocrinólogos no ven motivos para que los adultos sanos de menos de 65 años consuman pastillas de vitamina D.
La otra pregunta clave es: ¿se enferman menos las personas si toman vitamina D? Esto, según la mayoría de los médicos, no está de ninguna manera demostrado. Incluso organizaciones de consumidores reconocidas de Alemania, como la Stiftung Warentest, llegaron a la conclusión de que no hay nada comprobado de forma unívoca. En marzo de este año realizaron incluso un test y escribieron: "En el caso de adultos sanos y activos, las pastillas de vitamina D no sirven de nada".
Quien considere, de todas formas, que necesita tomarlas, puede hacerlo. Las dosis de 800 a 1.000 unidades internacionales (UI) no dañan el cuerpo. Pero si se toman más de 4.000 UI sin razón médica, se pueden ver afectados los riñones.
Pero además, hay una forma natural de recargar vitamina D: tomar sol. Si se quiere que el cuerpo tenga la cantidad de vitamina D justa, hay que salir todos los días de casa. Eso no significa que haya que pasar medio día al sol. Con alrededor de un tercio del cuerpo expuesto a 25 minutos diarios al aire libre bastan.