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"Es una enfermedad de los músculos cardíacos que se ve disparada por un alto nivel de las hormonas de estrés", explica Felix Schröder, del Centro de Estudios Vasculares de Hamburgo. En concreto, lo que sucede es que una persona que sufre una gran alteración psíquica puede tener problemas cardíacos.
Elke Enders sabe de qué se trata. Después de operarse la nariz, sintió dolores en el brazo izquierdo. Primero pensó que sería por la anestesia, pero al día siguiente le empezó a doler el lado izquierdo del pecho. Los doctores no dieron vueltas e ingresaron a la mujer, ya mayor, a terapia intensiva pensando que era un infarto.
Pero al hacerle estudios, vieron que la circulación de la paciente era totalmente normal. No detectaron ningún indicio de infarto, pero sí vieron que la aurícula izquierda había cambiado. Era más angosta en la punta y en la zona baja estaba inflada como un globo.
La deformación se parecía a un recipiente con el que los japoneses solían cazar calamares, el tako tsubo, por eso los médicos de Japón, al detectar por primera vez estos cambios tan dolorosos del corazón, le pusieron el nombre de "miocardiopatía de Takotsubo".
No existe una explicación muy clara de cómo se produce este fenómeno, pero lo llamativo es que suele darse cuando alguien está expuesto a altos niveles de estrés. "Mi experiencia me indica que la muerte de la pareja suele ser uno de los disparadores más comunes", comenta Schröder. Sin embargo, hay especialistas que indican que esta miocardiopatía incluso puede producirse después de una noticia muy buena.
Elke Enders cree que en su caso el causante fue una pelea. "Cuando estaba recostada en la camilla para ser operada, le expliqué al anestesista que tenía alergia a una de las sustancias de la anestesia", recuerda. El médico, según dice, no le creyó del todo y quería suministrársela igual. "Me puse extremadamente nerviosa y hasta lo amenacé", dice la señora.
Los médicos dicen que el organismo suele secretar muchísima adrenalina y noradrenalina al sufrir una situación de mucho estrés. Esas hormonas, a su vez, generan una secreción de calcio, y ese calcio llega a las células se produce una crispaciónd el músculo cardíaco. Esa es la teoría.
"Puede que muchas de las personas afectadas tengan sitios activos adicionales de adrenalina y noradrenalina", observa Jana Boer, de l a Asociación Alemana de Cardiólogos BNK. Eso implicaría que tienen una reacción más fuerte a estas hormonas que otras peronas.
Más allá de las causas que se den a nivel individual, lo importante es que los pacientes que ya hayan sufrido el síndrome del corazón roto se cuiden, porque es bastante más peligroso de lo que se creía hasta ahora. De todos modos, es bueno saber que es mucho menos común que alguien muera al producirse este síndrome que al sufrir un paro cardíaco.
"Lo que recomendamos es hacer una terapia combinada: psicoterapia con beta bloqueadores", explica Boer. Los medicamentos bloquean los receptores en el corazón, mientras que la terapia ayuda a que los pacientes sepan manejar mejor situaciones de estrés. También se aconseja practicar algún deporte de resisstencia, que no sólo fortalecerá el funcionamiento del corazón, sino que además será un aporte para lidiar de otro modo con el estrés.