Conflictos en la pareja: cuando el otro no quiere hablar

Una taza sucia en la cocina puede desatar la hecatombe. De un minuto a otro comienza la pelea titulada "Nunca te ocupas de nada". En muchas relaciones de pareja, las discusiones son cosa de todos los días. Pero, ¿hay forma de que esto sea distinto?.

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El otro extremo es que hay parejas que aseguran que no se pelean nunca. La pregunta es: ¿no tiene que haber discusiones en una pareja de vez en cuando?.

Que las parejas no discutan nunca no es necesariamente algo malo. Hay parejas que pueden hablar sobre sus conflictos con tranquilidad, que se esfuerzan por encontrar una solución a sus problemas y que aguantan los temporales aunque la solución no sea fácil. Estas parejas no resuelven sus conflictos a los gritos, con reproches, palabras hirientes o portazos, sino que sondean la situación con tranquilidad y pragmatismo.

Si se quiere llegar a este estado, conviene hacerse una pregunta bien simple: ¿Quiero tener razón o quiero llevarme bien con mi pareja?. Si se elige la segunda opción, es más probable que uno se concentre en lo más práctico: encontrar una solución.

Otro motivo por el cual las parejas no se pelean puede ser que no hayan vivido hasta el momento conflictos de intereses. Sobre todo en los primeros tiempos de una pareja suelen reinar la armonía y los pequeños defectos pasan desapercibidos. Sin embargo, este estado no dura eternamente.

El que las parejas no se peleen puede ser también un mal síntoma, sobre todo cuando sus integrantes se "tragan" lo que realmente sienten. Evitar las discusiones no es una solución a largo plazo. Sobre todo temas sensibles como "¿Queremos tener un niño?" deben aclararse cuanto antes.

La cosa es especialmente difícil para los hombres y mujeres a los que les gusta pelear pero cuyas parejas se bloquean apenas iniciada la discusión. En estos casos, lo mejor es establecer las condiciones para una conversación. A veces, estas se inician en mal momento, como por ejemplo después de un largo día de trabajo o a las once de la noche. También el lugar en el que se manifiesta el conflicto puede no ser el adecuado. En esos casos, conviene correr la charla un poco hacia adelante.

¿Y qué pasa cuando las condiciones para hablar con la pareja son buenas pero ésta no quiere hablar?. Cuando alguien se bloquea en una charla suele ser porque no puede asimilar lo que le dice el otro. Una primera medida puede ser preguntarle a la pareja por qué no quiere hablar. Si no se recibe una respuesta, lo mejor es evitar la situación. Muchas veces ayuda esperar a otro momento u otro contexto para retomar una conversación en mejores condiciones.

Y es que no todos pueden echar mano espontáneamente de buenos argumentos o mirar hacia adentro y formular lo que le pasa con facilidad. A veces, la pareja simplemente necesita más tiempo y el otro espera una respuesta rápida. Otras el bloqueo también se debe al miedo a perder al otro.

Para lidiar con esta situación a largo plazo, lo mejor es tratar de entender al otro. ¿Por qué se comporta así? ¿Qué necesita para abrirse, y cómo se lo puede ayudar? Para aclarar estas preguntas a veces sirve una terapia de pareja.

Los especialistas afirman que siempre es bueno que las parejas hablen sobre qué necesitan para lidiar con los conflictos. Es decir, ¿qué atmósfera necesita cada uno para charlar, qué condiciones marco? ¿Cuáles son los puntos débiles que impiden un intercambio adulto y cómo lidiar con ellos?. Si existen confianza, respeto y cariño mutuos, una pareja tiene buenas posibilidades de solucionar conflictos de forma duradera.

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