Cómo motivarse para ayuno o abstinencia

Un chocolatito a mediodía, una cerveza por la noche, un buen rato curioseando con el móvil antes de dormir... Para unos, son las pequeñas alegrías de la vida. Para otros, malos hábitos. Existe una nueva tendencia: hacer ayuno o ejercitar la abstinencia.

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Son cada vez más las personas que deciden tomarse una pausa y evitar, al menos durante cierto tiempo, el consumo de carne y de dulces, el uso del automóvil y del celular, las bebidas alcohólicas o los productos plásticos. ¿De dónde viene esta tendencia? ¿Es posible mantenerla durante varias semanas?

"Uno de los mayores deseos del ser humano es el de ser libre", observa el entrenador mental Steffen Kirchner. "La capacidad de poder salir adelante sin necesitar nada es en el fondo un deseo de libertad", señala al explicar el fenómeno.

Kirchner sostiene que la fascinación que genera prescindir de tantas cosas probablemente sea una reacción al exceso de estímulos al que nos vemos expuestos todos los días, ya sea porque el móvil no deja de vibrar, porque la casilla de correo siempre está a reventar o por las innumerables publicidades que recibimos permanentemente.

Ese avasallamiento genera en muchas personas la sensación de que lo externo, los estímulos, les están definiendo la vida, "y entonces surge la necesidad de desprenderse de esos estímulos para poder escucharse a sí mismo".

¿Ayunar es el camino? No todos lo logran. "Al cerebro no le gustan los cambios, con lo cual el comienzo del ayuno es lo más difícil", comenta Kirchner. Es más, a veces, aunque uno logre dar ese primer paso, hay muchos que no soportan la primera tentación y recaen rápidamente en las viejas costumbres.

"El mejor consejo que puedo dar es que hay que ser comprensivo con uno mismo", dice el especialista. "Ayunar no es una cuestión de soportar hasta el límite, sino de empezar. Si uno lo necesita, hará varios comienzos", recomienda.

Para poder lidiar con las recaídas o los momentos difíciles, el experto tiene varias estrategias. La primera es tener un "plan b": es bueno prever los problemas desde un primer momento y preparar posibles respuestas o caminos a tomar ante esas situaciones. La segunda es contar con personas o amigos que acompañen ese momento, quizás haciendo ayuno o renunciando a algo en ese mismo período, porque "motiva mucho no tener la sensación de que uno está solo ante semejante emprendimiento".

En tercer lugar, el objetivo del ayuno es decisivo. Es decir, es crucial tener presente el resultado al que uno aspira y visualizar el camino "hacia la motivación" y no al revés, "alejándose de la motivación". La pregunta central, según el entrenador, es "¿Qué emoción o sensación quiero tener al final?"

No todos los ayunos o períodos de abstinencia son iguales. Si uno se propuso utilizar el celular únicamente para cuestiones imprescindibles, el objetivo seguramente no será pasar menos tiempo en la pantalla o navegando sino estar más tiempo con sus seres queridos. Ese objetivo mayor es al que hay que apuntar, visualizar y disfrutar.

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