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El maquillador Peter Schmiedinger, de Berlín, comienza posando el delineador en el labio inferior. “Entre el cutis del rostro y la piel del labio hay un borde casi imperceptible. Ahí es donde maquillo, desde afuera hacia adentro, hasta alcanzar el punto más alto, de modo que esa línea se vea lo más natural posible”, explica.
Repite el procedimiento en el labio superior. “Lo importante es no comenzar desde arriba, sino siempre desde el perfil del costado, subiendo en movimientos cortos que vayan empalmando con el anterior”, detalla. Eso es importante para que el borde no parezca caído.
“¡No hagas solamente una línea!”, advierte Schmiedinger. “Eso hace que el borde tenga un aspecto muy duro”.