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El "newborn-shooting" se ve en cada vez más países. La fotógrafa Barbara Schukmann es un ejemplo de esta nueva moda. Ella se ha especializado en este tipo de fotografías. "Lo mejor es que los padres se pongan en contacto con el profesional durante el embarazo", recomienda Schukmann, porque lo ideal es que las fotos se hagan entre el quinto y el décimo día de vida del bebé.
"En esa etapa los bebés duermen mucho y se dejan fotografiar en poses muy dulces, similares a las que tenían cuando estaban en el vientre de la madre", observa.
En la tercera semana los bebés ya suelen estar más despiertos e inquietos. "Además, como es una fase en la que los movimientos son bastante descontrolados, se vuelve más difícil hacer fotos bonitas".
¿Cómo buscar un buen fotógrafo para esos momentos? Lo mejor es que sea por recomendación. De todos modos, muchos profesionales tienen un portfolio de sus trabajos en la web, y allí uno puede darse una idea de qué tipos de imágenes hacen. El segundo paso es comentarle al fotógrafo qué idea tiene uno y ver, a partir de eso, que sugieren. Las fotos se pueden hacer en casa o en un estudio.
Para la partera Anja Constance Gaca, es mucho mejor si las imágenes se pueden hacer en casa "porque ir a un estudio significa un estrés tanto para la madre como para el niño en un momento en que el descanso es fundamental para los dos". También es muy importante que el fotógrafo elegido sea lo suficientemente sensible como para tener empatía con esa situación que acompañará con la cámara. No deberían poner al bebé en posiciones poco naturales ni despertarlo.
"Es muy importante tener en cuenta qué necesita el bebé en ese momento. Si precisa que lo amamanten, es totalmente prioritario", comenta la partera. "Por lo general, después de haber comido se duermen y están muy relajados". Ese es un buen momento.
Lo único que hace falta en casa es tener un ambiente con muy buena luz. Luego el fotógrafo les enviará varias imágenes a los padres para que puedan escoger las que más les gusten.