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Sin embargo, más allá de estas variables que no están en manos del consumidor, hay algunos pequeños trucos para ahorrar electricidad e intentar que la cuenta sea menos abultada:
Tip 1: Reducir el frío de la nevera
Por lo general, la gente suele programar las neveras para que generen más frío del necesario. Si se corre un poco la ruedita, se puede ahorrar algo de energía. Lo óptimo es que la heladera esté a siete grados. En el caso del congelador, debe estar a -18. Si además se esfuerza por abrir la puerta lo menos posible y no coloca la nevera al lado de un electrodoméstico que genere calor, irá por el buen camino.
Tip 2: Cuidado con cambiar las configuraciones de los electrodomésticos
Muchos aparatos de entretenimiento, como ordenadores y telvisores, tiene configuraciones que se pueden modificar. En el caso del televisor, cambiar la configuración de luz o brillo puede generar un consumo adicional de energía de entre el 30 y el 40 por ciento.
Tip 3: Usar enchufes que se pueden apagar
El stand by es un gran tema a la hora de ahorrar elecricidad. Por eso, lo ideal es desenchufar los aparatos después de cada uso. Lo mismo rige para los electrodomésticos que tienen función stand-by: la laptop, la desktop, el cable cargador e incluso la lavadora consumen energía cuando no se las usa. En muchos hogares hay unos 40 aparatos así. Y aunque uno no lo crea, van sumando consumo de energía.
Esta es la solución con los aparatos más viejos. En el caso de algunos modelos nuevos, ya no es necesario desenchufar dado que tienen configuraciones por las cuales no consumen más de 0,5 a 1 watt cuando están en stand-by.
Tip 4: Apagar los pequeños electrodomésticos de noche
Smartphone, tablet, laptop...hoy en día contamos en nuestros hogares con de cinco a diez aparatos más que hace diez años. Y se estima que el 27 por ciento de nuestro consumo de energía tiene que ver con la tecnología de la información y la comunicación. La mayoría de los routers se pueden programar como para que se apaguen de noche. Pruebe hacerlo.
Tip 5: Atención con los aires acondicionados
En muchos países el verano es más que duro y la sola idea de pasarlo sin un aire acondicionado puede sonar a pesadilla. Sin embargo, hay algunos pequeños trucos que pueden ayudar a prenderlo menos: de día, cuando el calor azota, mantenga las ventanas cerradas y las cortinas bajas para que no entre aire caliente. De noche, si el termómetro baja, abra puertas y ventanas y deje entrar el aire más fresco. Y si va a prender el aire, recuerde ponerlo en 24 grados y como mínimo en 22. Por debajo de esta marca aumenta significativamente el consumo energético.