Amas de casa: cansancio extremo

El trabajo de la casa es uno de los más difíciles de llevar de manera saludable. La sobreexigencia de las actividades en el hogar disminuye notablemente la calidad de vida y relaciones. Conversamos con la Dra. Susana Vázquez.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2074

Cargando...

La actividad física en el hogar requiere un gran trabajo de los huesos, músculos, articulaciones, al recoger objetos, hacer las camas, lavar y tender la ropa e incluso levantar cosas muy pesadas. Según algunos estudios, los trabajos de ama de casa hacen que la mujer se agache más de 150 veces al día. Como resultado son frecuentes las alteraciones musculares como artritis, artrosis, lumbago, ciática causados por exceso de carga y movimientos incorrectos. “Son comunes la fatiga y el estrés como consecuencia de la acumulación de trabajo y las extensas jornadas -dice la Dra. Vázquez- Por la tendencia a picotear entre horas y la falta de ejercicio físico regular, se puede adquirir sobrepeso, lo que también influye en la autoestima. Está expuesta a sufrir enfermedades físicas y mentales como ansiedad y depresión, a enfrentar crisis familiares como problemas de convivencia y crisis de pareja, y hasta conductas adictivas al alcohol, medicamentos o desorden alimenticio”.

-Suponemos fácilmente que “la que trabaja afuera, se libra de la casa”

El llamado síndrome del ama de casa es una realidad de agotamiento y desgaste, tanto de la mujer que trabaja dentro como fuera de su casa. Que ella sea profesional u oficinista y trabaje a la par del hombre es algo relativamente nuevo, pero aún así la mujer siempre lleva la mayor parte de las obligaciones del hogar. Esto implica doble estrés, porque, además del cuidado de la casa, cumple un horario laboral. No hay que olvidar la educación de los hijos, tarea que mayormente recae sobre ella. Evidentemente tantas exigencias le producen cansancio y la pueden llevar a preocupantes cuestionamientos de autoestima con pensamientos tales como: “No le importo a nadie”, “mi marido me culpa de todo”, “no sirvo para nada”, y de ahí a la falta de sentido hay un solo paso, ya que esta tarea se caracteriza por la falta de reconocimiento familiar.

-¿Cómo evitar el estrés?

Un cambio de actitud frente a la situación puede ayudar mucho. Tomar las riendas de la situación, encontrar las causas y corregirlas. Ella debe pensar en sí misma, buscar soluciones a sus problemas, considerar que si ella está mal, también afectará la estabilidad del hogar. A veces el perfeccionismo hace que no se deleguen las tareas, pero es necesario hacerlo para disminuir el trabajo, por ejemplo, asignando tareas a los hijos (de acuerdo a su edad) y así educarlos también en la responsabilidad y solidaridad familiar. Buscar una empleada que pueda ayudar en las tareas de la casa. Asignar algunas tareas al marido; hoy día es muy común que el hombre ayude en la casa. Es importante fijar un tiempo de recreo para recomponerse.

-¿Qué rol social cumple el ama de casa?

Actualmente el rol del ama de casa se mira casi con desprecio; sabemos que si ella es madre, la figura materna es indispensable para los hijos, sobre todo en los primeros años de vida, y forma parte esencial en el desarrollo emocional de los chicos, ya que es quien se encarga de establecer los vínculos afectivos intensos. La madre es el primer modelo para socializar. La presencia de la figura materna estable es una condición necesaria para el buen desarrollo del niño y niña, sobre todo en sus primeros años. No es lo mismo dejarlos en manos de niñeras que poco o nada cumplen el verdadero rol materno. La madre en la casa ayuda a los hijos al buen desarrollo de relaciones emocionales, sociales, cognitivas y a la confianza en sí mismos. El contacto constante beneficia la ampliación de sus habilidades lingüísticas y fortalece su autoestima e identidad.

-¿Qué proyecta una casa extremadamente ordenada o lo contrario?

La forma de ser y el estado de ánimo. Hay que aclarar: una cosa es ser metódica y aseada, y otra ser obsesionada por la limpieza, lo que podría ser un trastorno que hace a la familia ser esclava del “orden”. El desorden indica confusión, falta de enfoque, inestabilidad, desequilibrio emocional conectado a sensación de incertidumbre sobre las metas que se quieren alcanzar o sobre quiénes somos.

-Muchas veces cuesta encontrar una razón en la rutina

Lo importante es saber que estamos cumpliendo un rol importante en la vida como madres que cuidan a los hijos, la casa y, mientras, madurar la idea de que -si así lo decidimos- más tarde podemos salir a trabajar afuera o estudiar lo que soñamos, cuando los niños crezcan, estén a resguardo y tengan sus actividades.

-¿De qué manera desconectarse?

Después de la toma de conciencia de que lo que hacemos es importante y trascendente en nuestra familia, combinarla con algún hobby, grupos de actividades manuales o ejercicios físicos con mujeres que estén en la misma condición. Se pueden hacer muchas cosas saliendo de la cárcel mental, la imaginación no tiene límites. Si una mujer está bien o mal, eso mismo transmite a la familia.

-Díganos una frase que mentalice positivamente para un largo día de labores

Una buena frase maestra sería: “Mi tarea de madre y cuidadora de mis hijos es única. Mi deber conmigo misma es cuidarme y mantenerme saludable”. Actualmente se ha dado muy mala fama y prensa a las tareas del hogar. Como si trabajar afuera fuera el máximum de la realización personal. Sin embargo, olvidan que “ser ama de casa nomás” es ser profesional en casi todo: administración, docencia, enfermería, psicología, nutrición, abogacía. La mujer que trabaja “solo en casa”, debería empezar por la autovaloración, lo que le permitirá proyectarse mentalmente y abrirse posibilidades futuras para alguna otra tarea o profesión que le interese, y que de seguro podrá llevarla a cabo exitosamente si comprende que la autovaloración es la piedra angular de la victoria.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...