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NUEVA YORK. En abierto desafío a cadenas como Zara y H&M, Rent the Runway aspira así a conquistar a la clase media y arrancar clientes a los colosos de la gran distribución, ayudando al mismo tiempo a los diseñadores.
En marzo del año pasado, la compañía había presentado Unlimited: fue la primera “suscripción de moda” que permitía recibir accesorios y prendas por una tarifa plana mensual.
El costo era de 159 dólares por mes, incluyendo envío, seguro, tintorería y el alquiler de cuatro prendas, que se podían mantener el tiempo deseado o cambiar por nuevas selecciones.
Este mes, el nuevo abono –llamado RTR Update– invita a los clientes a seleccionar cuatro prendas para usar durante un mes.
Al término de ese mes, se pueden seleccionar otras cuatro y devolver las primeras por correo.
Las prendas elegidas se entregan a domicilio, recién llegadas de la tintorería y con la etiqueta lista para devolverlas sin más gastos.
“No es realista un precio por encima de los 100 dólares al mes para conquistar a quien gana menos de 100.000 dólares al año”, afirmó Jennifer Hyman, cofundadora de Rent the Runway.
Con el nuevo abono la compañía apunta a desafiar a colosos como Zara y H&M, que revolucionaron el mundo de la moda atrayendo a los consumidores con sus precios bajos,impulsándolos a renovar continuamente sus guardarropas.
Rent the Runway apunta precisamente a los consumidores con problemas de presupuesto, ofreciéndoles productos de marca y calidad, para que las etiquetas de la gama más alta sean accesibles también a los bolsillos de la clase media.
La compañía de alquiler de ropa tuvo un enorme éxito desde que fue lanzada, pese al escepticismo de muchos no convencidos de que no es sencillo cambiar las costumbres de los consumidores.
Iniciada en 2009 como servicio en línea, el “core business” de la empresa es alquilar ropa de noche o para ocasiones especiales, de todas las marcas.
Con el nuevo abono apunta ahora a ampliar su público, dirigiéndose más directamente a las mujeres que trabajan. Además del servicio en Internet, Rent the Runway tiene en Estados Unidos cinco negocios para que los clientes puedan probarse la ropa antes de alquilarla.
La convicción del emprendimiento es que los consumidores no necesariamente desean poseer la ropa, así como no les interesa la propiedad de las películas (así lo demuestra Netflix) ni les preocupa dormir en casa de desconocidos (como probó Airbnb).