Abre los ojos, mira hacia arriba: cómo vestirte “informalmente”

Hoy en día ya casi no hay “códigos” sobre cómo tenemos que vestirnos para el trabajo. Sin embargo, vale la pena detenerse a pensar un poco en el tema, sobre todo porque sabemos que no todo da igual. El “ven como te sientas cómodo” no siempre es cierto.

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En un primer momento, uno piensa “¡por fin puedo dejar de planchar las camisas!” o “genial, basta de disfrazarme”, pero esa primera sensación es engañosa. “Obviamente, siguen existiendo ciertas expectativas sobre cómo debe vestirse la gente al trabajar, aunque los códigos ya no sean tan rígidos”, explica el especialista en estilo Jan Schaumann.

El problema se nos plantea cuando no hay ninguna regla fija como “no lleves pantalones cortos” o “los zapatos deben ser cerrados”. Por supuesto, si todos llevan calzado negro y nadie va en jean, no será difícil saber qué camino tomar. Por lo general, el look informal suele ser bastantee vago. Las camisas y las blusas suelen ser un elemento casi imprescindible, y los jeans pueden pasar, siempre que sean colores discretos.

Schaumann comenta que lo crucial es abrir los ojos y observar, empezando por los jefes. “Lo primero que hay que mirar es cómo van vestidos los directores o superiores”, recomienda. “¿Se esmeran en verse de alguna forma determinada? El próximo paso es observar a los demás colegas”. Si hubiera diferencias, más vale orientarse por cómo van los de mayor jerarquía y no por cómo viste el grueso de la empresa. Y, por supuesto, no copiarse del “librepensador” que llega en bermudas y ojotas.

En muchas compañías suele ocurrir que cada departamento o sección tiene su propio “código” a la hora de vestir. Los líderes de proyecto suelen ser una línea más coquetos, los administradores de sistema, algo más relajados. “Y por supuesto que puede ir variando de día a día, dependiendo de lo que uno tenga en agenda”, comenta Schaumann.

¿Demasiado esfuerzo? Puede ser, pero vale la pena, porque esas reglas implícitas suelen ser tan importantes como los códigos que deben respetar los empleados de un banco al entrar en su oficina. Además, no es solo una cuestión de no llamar la atención o de adaptarse al estilo general. También es un modo de marcar pertenencia. La vestimenta puede representar un estilo determinado o manifestar la actitud y las ambiciones de un individuo, sea que lleva gemelos en los puños de la camisa o calzado deportivo con el cuello de la camisa desabrochado.

“Las prendas siempre son una herramienta”, comenta Schaumann. “Sea un look hipercreativo o un traje de corbata”.

¿Y el primer día de trabajo? ¡Qué problema! Cuando no conoces a nadie, mejor ser un poquito más elegante. “Más vale que los demás se sonrían porque soy el único de traje y no porque soy el único en jeans”.

Pero, ante todo, el estado de la ropa es casi más importante que qué tipo de ropa es. Es decir: independientemente de si eliges un look informal o algo más elegante, lo fundamental es que todo esté impecable, nada de hacer pensar que uno estuvo con esa misma ropa tirado en el sofá mirando una película. Cuanto más arreglado en el look y el cuidado personal, mejor.

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