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La muerte del esposo de Lucía Sandoval se dio en un forcejeo tras una discusión, en la casa donde vivían con sus hijos y hasta donde él ya no podía ingresar por la restricción que pesaba en su contra por una denuncia de violencia, lo cual no se cumplió. Ella dejó a sus hijos y vivió tras las rejas durante más de tres años hasta que un tribunal absolvió una condena de 30 años de privación de libertad, luego de aquel incidente. Hoy es una abogada que ayuda a muchas mujeres víctimas de violencia. Su historia es inspiradora.
Antes y después de la tragedia que cambió su vida
Ella era ama de casa y se encargaba exclusivamente del cuidado de sus hijos. Dejó la facultad de Derecho en la Universidad Nacional cuando estaba embarazada de su hija mayor.
“Estaba invisivilizada, pero no había necesidad de que me conozcan porque no estaba haciendo nada relevante para la sociedad”, analizó Lucía.
Todo cambió cuando su caso se dio a conocer a la opinión pública a través de los medios de comunicación y ella aún estaba en recluida en la Penitenciaría del Buen Pastor.
Resalta que el cambio se dio en todos los aspectos de su vida, incluso en lo social y laboral. “La abogada Romina Rolón fue mi abogada y hoy es mi socia. Comencé a encontrarme a mí misma y me di valor”.
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“Hoy Lucía es una mujer profesional, que ve la vida con otros ojos, que trata de inculcar a sus hijos y a todas las mujeres que nunca hay que rendirse, no importa lo que esté viviendo. Hoy Lucía es una mujer que no tiene miedo. Como dijo Shakira: siempre estoy esperando qué más tiene la vida para mí”, reflexionó.
“Cuando alguien quiere, puede”
Esta es la frase de cabecera de Lucía, quien encontró una oportunidad de seguir sus estudios estando privada de libertad.
“Nada de lo que nos pase, ni siquiera la adversidad, es para siempre. Podemos cambiar”, remarcó.
Exploró otros campos, como el de la moda. Fue diseñadora de prendas que llegaron hasta el exterior, por la calidad con la que trabajaban dentro de un plan de reinserción. El proceso tuvo etapas.
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La violencia contra las mujeres está en constante crecimiento
Lucía, una sobreviviente de la violencia contra las mujeres, lamenta que esta situación esté en constante crecimiento.
Cuestiona la falta de políticas públicas para la prevención. “Pareciera que no están encontrando el camino”.
También indicó que la justicia en Paraguay no funciona o llega tarde. “Hay mujeres que recurren al sistema de justicia, pero se cansan porque no encuentran respuestas y se quedan así nomás”.
Agregó que se dan casos en los que se obtiene una medida, pero el mecanismo de protección no funciona y terminan en casos de feminicidio que destruyen familias y a la sociedad en general.
La falta de una justicia pronta, según recordó, la mantuvo privada de su libertad tres años, siete meses y 20 días.
Luego de que la sentencia quedara firme en 2017, inició en el año 2019 una demanda contra el Estado, que actualmente se encuentra en “autos para sentencia”. El objetivo fue dejar un precedente para que su caso no se repita.
La absolución de la condena era muy esperada, nunca perdió la fe y estaba segura de su inocencia, evoca Lucía.
En esta significativa fecha también cuestionó la política de reinserción al reiterar que fue su fe en Dios la que le ayudó a salir adelante, proyectar su vida en libertad, a pesar de estar encerrada.
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“El silencio no nos protege”
Pidió no juzgar ni culpar a las mujeres cuando de violencia se trata. “No es porque ella quiso, no es por haragana o porque quiere ser mantenida. Nadie quiere recibir maltratos”.
Instó a romper el círculo de violencia, recuperarse como persona y como mujer, valorarse y entender que no se depende de nadie para eso, de modo a proyectar una vida en libertad a pesar de estar encerrada. “El silencio no nos protege”.
Se refirió al 25N - Día Internacional Contra la Violencia Contra la Mujer - como un día para seguir levantando la voz por los de derechos de las mujeres y no como una jornada de celebración. “No es para celebrar, pero tampoco para dejar pasar. Estemos donde estemos, nuestra voz puede ser escuchada, debe ser escuchada”, concluyó.