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La Lic. Carolina Sosky reitera que existen muchos mitos y afirmaciones de salud que circulan en las redes, y no es de extrañar que los remedios naturales a menudo se enfrenten al escepticismo.
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“Si bien algunas personas los ven como meros placebos, existe una creciente evidencia que destaca la efectividad de muchos tratamientos naturales. Contrariamente a las sospechas, numerosos remedios han sido validados por la investigación científica y están avalados por profesionales médicos”, remarca.
Aloe vera para quemaduras solares
El aloe vera es una suculenta conocida por sus hojas gruesas y carnosas que contienen una sustancia gelatinosa. El gel de aloe vera tiene propiedades antiinflamatorias, hidratantes y refrescantes que pueden ayudar a calmar y curar quemaduras menores, incluidas las quemaduras solares.
Carolina Sosky refiere que una revisión científica de 2007 publicada en Burns sugiere que el aloe vera ayuda a curar las quemaduras de primer a segundo grado (las quemaduras solares menores entran en esta categoría).
El aloe vera contiene compuestos químicos conocidos como antraquinonas, que disminuyen el dolor y aceleran la curación, remarca Carolina Sosky.
“Se puede usar el gel puro de la planta viva arrancando una hoja, abriéndola y exprimiendo el interior con la sustancia pegajosa sobre la piel. En caso de no tener la planta, se puede comprar gel de aloe vera en farmacias asegurando que sea aloe vera 100% sin aditivos”, dice.
Té de manzanilla para el insomnio
Esta hierba tiene una larga historia de uso en la medicina tradicional para calmar el estrés, la ansiedad, el insomnio, los trastornos gastrointestinales, el dolor reumático e incluso las hemorroides, explica la nutricionista.
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El aceite esencial se utiliza en cosmética y aromaterapia, y existen muchos tipos diferentes de preparaciones herbales de manzanilla en el mercado. La forma más popular de usar la manzanilla es como té; cada día se consumen más de un millón de tazas de té de manzanilla, según un informe de 2011 publicado en Molecular Medicine.
La manzanilla tiene efectos sedantes leves y contiene un antioxidante que se une a los receptores cerebrales que promueven la somnolencia y reducen el insomnio.
Una investigación de 2017 publicada en el Journal of Education and Health Promotion reveló que la manzanilla mejoró significativamente la calidad del sueño de los participantes mayores del estudio en hogares de ancianos. Además, un metaanálisis de Phytotherapy Research de 2019 de 12 estudios diferentes sobre la manzanilla encontró que mejoró efectivamente la calidad del sueño.
Debido a sus cualidades sedantes, es mejor esperar y beber manzanilla por la noche. Por lo general, el momento óptimo para beber un té de manzanilla es de 45 a 60 minutos antes de acostarse o durante el tiempo de relajación para ayudar con el sueño.
Lavanda para la ansiedad
Por otra parte, Carolina Sosky habla de las propiedades de la lavanda. “Esta hierba tiene una larga historia de uso en la medicina tradicional y la aromaterapia. De hecho, incluso se usaba en el antiguo Egipto durante los preparativos de embalsamamiento de las momias”, explica.
La lavanda se usa ampliamente para tratar varios problemas de la piel como eccema, picazón, erupciones cutáneas y quemaduras, así como acné, dolores de cabeza, depresión e insomnio. Sin embargo, es más famosa por sus efectos relajantes. El aceite de lavanda tiene efectos calmantes y sedantes que pueden ayudar a reducir la ansiedad, mejorar el estado de ánimo y promover un mejor sueño.
Un metaanálisis de 2019 publicado en Phytomedicine sugiere que la aromaterapia con lavanda, así como el uso interno, pueden reducir drásticamente los niveles de ansiedad. Otro estudio de Phytomedicine de 2010 encontró que las píldoras de lavanda eran tan efectivas para reducir la ansiedad como el lorazepam, el medicamento recetado contra la ansiedad.
Para los síntomas de ansiedad o depresión, tomar un gel blando de 80 mg de extracto de lavanda una o dos veces al día. También se puede realizar un té de lavanda usando una infusión de flores secas de lavanda.