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“Pero el proceso será prolongado y dramático; y hasta con desenlaces trágicos, tal como observamos lamentablemente en las noticias periodísticas. Así como las secuelas traumáticas que dejan estos cambios en los hijos, a quienes paradojalmente se los subestima o sobreestima en cuanto a su fragilidad o su resiliencia para sobrellevar la crisis de pareja de sus padres; y en la medida en que los niños son más chicos, tienen menos recursos psíquicos para evitar los efectos muchas veces devastadores en sus mentes todavía en desarrollo”, explica Osmar Sostoa Luraghi psicoanalista y psicólogo clínico.
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Las nuevas generaciones
Para Osmar Sostoa Luraghi dice que “las nuevas generaciones tienen los pies en un lado y el otro de la grieta cultural, mientras cruje por debajo la transformación irremediable. Un liderazgo social sano será aquel que ayude al diálogo intergeneracional e intercultural, sin imposición dogmática de camisas de fuerza que pretenda disciplinar autoritariamente a las nuevas generaciones”.
“Lastimosamente, la cultura tradicional paraguaya se asienta sobre una base con alto porcentaje de analfabetismo que hoy llega a infestar hasta las capas políticas; por lo que tal liderazgo hace el juego oportunista al fanatismo y dogmatismo de un lado sin abrirse al diálogo con la contraparte. De este modo, esta larga transición política, más que avanzar en la transformación cultural de la población en todos los ámbitos de la vida nacional, está derrapando hacia la confusión, desorientación, apatía, el sálvese quien pueda, etc. Si no se desarrolla un liderazgo que asuma este desafío, sino más bien un caudillismo oportunista, los pocos líderes genuinos van quedando sin aliento ante la fuerza contraria sistémica”.
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En este contexto, afirma el psicoanalista y psicólogo clínico que “tanto las parejas como los padres e hijos no tienen la contención social estimuladora para sentarse a dialogar, tolerando las diferencias, flexibilizando la convivencia y apuntando al aprendizaje mutuo, sin supremacía de ninguna de las partes. Con la rigidez impositiva de algunos sectores, en connivencia con políticos laxos, la sociedad paraguaya se irá hundiendo en la opacidad de los psicofármacos y algunas técnicas de supervivencia mental, como portátiles balones de oxígeno para sobrevivir en el denso neooscurantismo.