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“No es una buena idea usar la comida como soborno. Por ejemplo, evite decir cosas como: ´Si comés el brócoli, podés tomar un helado de postre´”. Esto puede hacer que el niño o la niña se interese más en las golosinas que en los alimentos saludables. También incita a que comer alimentos saludables es una tarea. Y puede alentar a comer en exceso”, señala la Carolina Sosky, nutricionista especializada en diversas áreas como en trastornos de la alimentación.
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No cansarse de intentar
Dice Carolina Sosky, que es normal que los niños digan que no les gustan algunas verduras cuando las prueban por primera vez. “Si al niño no le gusta una verdura en particular, intentar ofrecerle pequeñas cantidades de la verdura con otro alimento saludable que le guste a su hijo. También seguir alentándolo a que pruebe las diferentes verduras”.
Recalca la profesional que con esta acción es probable que cambie de opinión sobre las verduras con el tiempo. “Algunos niños necesitan probar un alimento nuevo hasta 10 veces antes de aceptarlo y otras 10 veces antes de decidir que les gusta”.
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“Pero, si los niños ven que sus padres y sus hermanos llenan los platos con verduras, probablemente querrá hacer lo mismo” puntualizó.