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Son terapéuticos, sí. Lo asegura la filematología, una ciencia que estudia -entre otras tantas cuestiones vinculadas al beso-, los beneficios que se producen en nuestro organismo cuando besamos o somos besados.
Los besos ayudan a reducir la presión arterial, disminuir el colesterol en sangre, quemar calorías, aliviar el estrés, mejorar la autoestima y disparar la endorfina, un antídoto para la depresión, la angustia y el desánimo. Pero, ¿qué tipos de besos hay y cómo se dan?
Los besos
Los besos tienen su Día Internacional. Es el 13 de abril, en homenaje al más largo de la historia: cuenta el cronómetro que duró 58 horas consecutivas y lo protagonizó una pareja tailandesa en un certamen.
Pero ese no es el beso más famoso.
El récord de popularidad lo ostenta el que le “estampó” el 14 de agosto de 1945, en Time Square, Nueva York, un marinero a una enfermera a quien ni siquiera conocía.
La imagen inmortalizada por el fotógrafo Alfred Eisenstaedt fue durante años un símbolo de amor y de la felicidad que reinaba en ese momento por el fin de la Segunda Guerra Mundial.
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Hoy, sin embargo, ese beso considerado icónico por las generaciones pasadas es cuestionado por los movimientos feministas y entraría en la categoría de “beso robado”, que también cuenta con su Día Internacional (el Kissing Day), muy popular en los Estados Unidos e Inglaterra el 6 de julio de cada año.
Lo cierto es que, piquitos o apasionados, más o menos románticos, consensuados o no, existen muchos tipos de besos y formas en que se prodigan.
Según diversos estudios antropológicos, los besos nacieron como una evolución del saludo de los hombres primitivos. Por aquellos tiempos, saludar implicaba acercar las narices y olerse para obtener información sobre la otra persona. Aún hoy, los esquimales mantienen su “roce de narices” como demostración de cortesía al encontrarse.
También hay besos maternales, el de beso “traicionero” de Judas, el de muerte de la mafia.
¿Qué tipos de besos hay y cómo se dan?
Pero si de besos sensuales y románticos se trata, el Kamasutra -el antiguo texto hinduista que define el comportamiento sexual humano- asegura que besar es un arte en sí mismo que tiene el poder de expresar sentimientos. Además, los considera vitales en el sexo y recomienda darlos por todo el cuerpo y de diferentes formas. Estos son, de acuerdo a esa sabiduría ancestral, los 22 tipos de besos que hay y las formas en que se realizan:
1. Beso de lado: Su nombre remite a que las cabezas de quienes se besan se inclinan en lados opuestos. Esto favorece que el contacto entre los labios y permite que se puedan introducir las lenguas profundamente. Sirve como inicio de un encuentro pasional.
2. Beso inclinado: Un beso tierno, romántico y dulce para un momento íntimo. Uno tira la cabeza hacia atrás y el otro lo toma por el mentón mientras lo besa.
3. Beso directo: Es uno de los más excitantes. Ambos unen sus labios y los chupan como si fuera una fruta. También pueden mordisquearlos y acariciarlos con la lengua.
4. Beso presión: Para algunos, puede parecer un tanto agresivo. En este beso se presionan los labios con los del otro y se mantiene la boca cerrada. Debe durar poco ya que los dientes pueden lastimar el interior de los labios.
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5. Beso superior: Uno muerde el labio superior del otro mientras que la pareja besa el labio contrario. Tiene un efecto progresivo hacia la excitación.
6. Beso broche: Se denomina así porque simula ser un broche. Uno sujeta con sus labios los del otro para permitirle tocar con la lengua el paladar y los dientes del otro.
7. Beso palpitante: Tierno y dulce, es un beso cariñoso que consiste en muchos besos sobre los labios del otro. Comienza por la comisura y recorre toda la boca.
8. Beso contacto: Implica un leve contacto con los labios tocando suavemente la boca del otro con nuestra lengua, moviéndola de manera intensa y provocadora.
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9. Beso para encender la pasión: Se da en la comisura de los labios y es una sutil insinuación a avanzar más y más y subir la temperatura en la pareja.
10. Beso para distraer: No se da en los labios sino en otras partes del cuerpo, del pecho hacia arriba: los ojos, las mejillas, la nuca, el cabello, la frente o el cuello. Lo ideal es apelar a las zonas erógenas masculinas y femeninas.
11. Beso nominal: Un beso que puede ser tan tierno como sensual y es un clásico en las despedidas. Luego de dar el beso, se tocan los labios de la pareja con dos dedos.
12. Beso con las pestañas: Se recorre la cara del otro hasta llegar a las pestañas y acariciarlas con suaves y tiernos besos. O rozamos sus labios con nuestras pestañas, en un acto dulce y cariñoso.
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13. Beso con un dedo: Excitante de principio a fin, se recorre cada detalle de los labios con un solo dedo, que también se introduce en la boca del otro.
14. Beso con dos dedos: Similar al anterior, pero mojando ligeramente dos dedos para presionar con ellos la boca del otro.
15. Beso para despertar: Un beso tierno para despertar al otro con delicadeza. Se da en la frente o la sien para despertarlo de manera cariñosa.
16. Beso que demuestra: Es para exhibirse ante “el mundo”. Se da en un lugar público y consiste en besar el cuello o la mano del otro como clara imagen de que existe una relación e intimidad en la pareja.
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17. Beso del recuerdo: Suele darse al final de una relación sexual cuando ya pasó el momento de éxtasis. Uno deja caer su cabeza sobre el muslo o el pecho del otro y lo besa suavemente.
18. Beso transferido: Un clásico de las pasiones ocultas. Es el beso que se da a otra persona, pero en presencia del ser amado. Al momento de darlo, se lo mira sensualmente para indicarle que en verdad ese gesto está dirigido a él o a ella.
19. Beso lagrimoso: Este beso es más bien simbólico y con un tinte romántico. Cuando se extraña a alguien que no está, simplemente se besa su retrato para sentirlo cerca.
20. Beso viajero: Un recurso para excitar a la pareja. Consiste en un beso que recorre “sin escala” distintos lugares del cuerpo, sin pasar por la boca.
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21. Beso al pecho: Un beso muy puntual que estimula una de las zonas erógenas más potentes para ellos y ellas. Consiste en besar suavemente y con delicadeza los pezones, luego acariciarlos con la lengua para dar luego lugar a la succión y ligeras mordidas excitantes.
22. Beso sin reloj: Una señal hacia el otro de que el tiempo sobra. Mientras la pareja se relaja recibe una seguidilla de besos y caricias que suben sus pulsaciones y marcan su excitación.
Fuente: Diario Clarín