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Enero del 2024 llega con la novedad de que los automovilistas y motociclistas deberán pagarle a Parxin por estacionar en tres zonas de Asunción: Sajonia, Centro y Villa Morra. Y como bien sabido es, el inicio de un nuevo año se presenta siempre como una oportunidad para trazar las metas a las que se apunta cumplir en la etapa que se inicia. Así que más de uno lo habrá pensado: ¿Y si me propongo ir en bici al trabajo y me ahorro pagar el estacionamiento?
Si te hiciste esa pregunta, aquí te damos unos tips para ayudarte a embarcarte en el proceso de ir al trabajo en bici, ahorrar dinero (en estacionamiento, combustible, repuestos, mantenimiento, etc etc) y tener una vida más saludable.
1.- Conocé el camino:
Si estás acostumbrado a ir al trabajo en auto o en micro, tenés que saber que el camino que tomes en bicicleta no necesariamente será el mismo. Lo ideal es que un fin de semana o en algún momento sin mucho tráfico -enero es perfecto para eso- experimentes caminos alternativos, con menor afluencia de vehículos a motor y tal vez más planos, idealmente recorriendo la mayor parte en bicisenda. Cuando lo establezcas calculá el tiempo que tardás en recorrerlo. Acordate de que necesitarás llegar unos minutos antes para ducharte o ponerte en condiciones y empezar a trabajar.
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2.- Asegurate de que en el trabajo tenés todo lo que necesitás:
Una ducha, un estacionamiento para bicicleta, un lócker para guardar tu ropa. No todas las empresas tienen estas comodidades, pero eso no debe desanimarte. Por ejemplo, si no hay ducha, podés buscar un gimnasio cercano o una estación de servicio. Por un precio mucho menor a la cuota van a dejar que te bañes.
Si no hay estacionamiento para bicis disponible buscá dónde podés dejarla con seguridad y tranquilidad. Puede que necesites una cadena y un candado. En la medida que más empleados vayan en bici y que los empleadores vean que cuentan con un staff saludable se podrán obtener comodidades como los estacionamientos y los espacios de guardado.
Y ojo, que no siempre es estrictamente necesario bañarte. Si tu horario de trabajo te lo permite (antes de que el sol calcine) y tu ritmo no es de carrera, es probable que ni siquiera sudes lo suficiente como para que no puedas ponerte a trabajar sin bañarte. Eso sí, date un “baño polaco” (cara y sobaco) y asegurate de que esté todo en orden antes de presentarte en público.
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3.- No hace falta que vayas y vuelvas todos los días en bicicleta.
Una buena jugada puede ser llevar el lunes la ropa y los artículos que usarás en la semana, así el resto de los días podés simplemente ocuparte de pedalear y el viernes hacer lo mismo pero a la inversa. Pero si no querés o no podés, eso nos lleva al siguiente punto:
4.- Comprate un portabultos
Si tu bicicleta es tu medio de transporte, equipala como corresponde para que sea lo más utilitaria posible. Te va a sorprender el volumen y el peso que puede transportar tu bici. Tener un portabultos soluciona muchos problemas - como cargar una muda de ropa, toalla o lo que compres en el camino de regreso a casa- y libera tu espalda del peso de una mochila, que además te hace sudar.
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5.- Que los rigores del clima no te apabullen
“Es el temperamento y no la temperatura lo que es realmente importante sobre la bici”, escribe Nick Moore, un ciclista y escritor de ciclismo. Y si lo recordamos acá es para decirte que es cierto, habrá días de mucho calor o mucho frío, pero una vez que empezás a pedalear eso se olvida. Si hace calor llevá agua y protegete la piel con bloqueador solar o pantalones largos y mangas largas. Y si hace frío abrigate, pero no mucho, porque al ratito entrás en calor y si empezás a sudar te quedás mojado.
6.- No esperes a que haya infraestructura pública perfecta
Muchas personas postergan su entrada triunfal al mundo de la bici como medio de transporte porque no hay una red de bicisendas (aunque eso está cambiando) y no se sienten seguras. El sentimiento es legítimo, pero esta es una revolución progresiva, no abrupta. Si vamos a esperar a que haya una bicisenda que conecte la puerta de nuestra casa con la de nuestra oficina tendríamos que A) Mudarnos a Ámsterdam o B) Esperar mil años.
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Tarde o temprano habrá bicisendas en Asunción y otras ciudades paraguayas y podremos pedalear seguros -porque todo llega-, pero eso solo va a ocurrir como una respuesta a la presencia masiva de gente que gana las calles y bicisendas ya disponibles en bici y no a la inversa.
7.- Superá tus miedos
Muchas personas acostumbran decir “Iría en bici a trabajar, pero...” (insertá tu miedo favorito sobre los puntos suspensivos). Algunos temen ser aplastados por un bus, otros a los ladrones y otros a la contaminación. Amigos, dense cuenta: todos estos males apocalípticos son reales, tan reales que se pueden cruzar en tu destino cuando caminás, andás en colectivo, manejás tu auto o vas como pasajero en un Uber. Lo importante es empoderarse, sentirse dueño de la propia libertad y estar presente en el acto de pedalear, atento al entorno.
8.- Informate sobre lo que dice el reglamento de tránsito de tu ciudad para circular en bici
En Asunción, por ejemplo, el uso de casco es obligatorio, así como de una luz trasera roja, una luz blanca delantera, un chaleco reflectante (estos tres últimos deben encenderse y colocarse media hora antes de la puesta del sol y mantenerse hasta media hora después de su salida) y una campanilla. El reglamento también estipula que las bicicletas deben circular a la derecha y siempre en el sentido del tránsito. No todas las ciudades tienen las mismas reglas para circular en bici. Pero en esos casos vale apegarse al sentido común.
¿Ir al trabajo en bici hace más feliz a la gente?
¿Ya te decidiste a ir pedaleando al trabajo? Por si las dudas, compartimos unos argumentos que aparecen en el libro Hygge, la felicidad de las pequeñas cosas, del danés Meik Wiking. Un amplio estudio de la escuela médica de la universidad UEA de Noruega y el Centro para la Economía Saludable de la Universidad de York, basado en 18 mil personas que usaron las bicicletas como medio de transporte por 18 años, descubrió que la gente que va al trabajo en bici es más feliz que aquella que usa medios de transporte públicos.
Y si la felicidad no te parece suficiente argumento a favor, aquí va otro estudio, esta vez de la Universidad de Utrecht, en Holanda, que comprobó que la gente que usa bici en sus traslados diarios añade de tres a catorce meses a su expectativa de vida.