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La vitamina D ocupa un lugar especial entre los nutrientes, porque nuestro cuerpo puede producirla por su propia cuenta gracias a la radiación UV-B del sol.
Para comprender mejor, empecemos desde el principio: la vitamina D es el término genérico que engloba a un grupo de vitaminas liposolubles. Nuestro cuerpo la necesita para formar calcio y fosfato en los huesos.
Si falta vitamina D, aumenta el riesgo de osteoporosis, explican los expertos del Centro Alemán de Nutrición (BZfE), porque los huesos se vuelven más porosos y propensos a fracturarse.
Lo que resulta práctico para el invierno es que nuestro cuerpo puede almacenar vitamina D en la grasa y el tejido muscular, así como en el hígado, según indica el BZfE.
De modo que, en la época más oscura del año, el cuerpo recurre a las reservas del verano. Esto suele ser suficiente para que la mayoría de la gente pase el invierno sin padecer su falta.
Sin embargo, existen grupos etarios que se ven más afectados por la carencia de vitamina D que otros, y que por eso pueden requerir más de los preparados.
El BZfE indica que este es el caso de los bebés, que no deben ser expuestos al sol sin protección. Y a esto se suma que la leche materna no posee demasiada vitamina D.
Según el Centro germano de Nutrición, las personas mayores también tienden a tener carencia de vitamina D. Esto se debe a que el organismo la produce menos en la vejez.
Además, algunas personas mayores necesitan cuidados o tienen movilidad limitada, por lo que pasan menos tiempo al aire libre expuestos al sol.
Pero, ya sea que se trate o no del grupo de riesgo, ¿qué se puede hacer cuando se teme padecer escasez? El BZfE recomienda que, como primera medida, se examinen los niveles de vitamina D con un análisis de sangre con el médico o médica de cabecera.
Si decide tomar un preparado de vitamina D, es aconsejable no seguir la divisa de “mientras más, mejor”. Porque el Instituto Alemán de Evaluación de Riesgos (BfR) califica de innecesarios los preparados con dosis altas de 50 o 100 microgramos.
Estos incluso pueden ser perjudiciales: si se toman dichos preparados a diario durante un largo periodo de tiempo, el nivel de calcio puede aumentar hasta tal punto que los riñones pueden resultar dañados.
¿Y no es una posibilidad ayudar mediante la alimentación? Esto puede funcionar, pero solo en parte. De acuerdo con el BZfE, solo se encuentran mayores cantidades de vitamina D en pescados marinos grasos como la caballa, el salmón o el arenque.