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Para Víctor Caballero hay que tener en cuenta que las palabras de Lionel Messi (“Qué mirás bobo”) que se viralizaron no fueron las únicas acciones que podrían considerarse como de falta de “inteligencia emocional” e incluso clara hostilidad.
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“Ya durante la definición por penales, cuando marcó su gol para el 2-0 parcial de la Albiceleste, Messi corrió hacia el banco de suplentes neerlandés, se llevó las manos detrás de las orejas e hizo el tradicional ‘Topo Gigio’, burlándose de sus ocasionales adversarios”, recuerda Víctor Caballero.
“En cuanto al resto del equipo, cuando el Argentino Martínez anotó el quinto penal de la serie, sus compañeros Otamendi, MacAllister y Montiel, corrieron para gritarle en la cara a los neerlandeses, que se desplomaban sobre el césped”, remarca Víctor Caballero.
Según la prensa argentina, estas reacciones se vieron alimentadas antes del partido por las palabras descalificatorias hacia Messi de Louis van Gaal, entrenador del equipo de los Países Bajos.
Factores del comportamiento de Lionel Messi en el Mundial Qatar 2022
Más allá de las personas involucradas, considero que estas reacciones inapropiadas en un ambiente deportivo que supuestamente debe servir para templar los espíritus se deben a varios factores:
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- Ocurren en el contexto de un proceso de gran tensión emocional y gran presión por parte de los aficionados argentinos para con su selección, a la vista de su exitoso desempeño en los mundiales anteriores. Téngase presente que Argentina no empezó muy bien su gestión en este mundial.
- Existen poderosos intereses económicos en juego, para los distintos equipos que compiten, y para las asociaciones de fútbol de cada país participante.
- Al provenir estas actitudes de personas encumbradas tanto social como económicamente por su éxito como deportistas, hay una tendencia a sentirse impunes en relación a cualquier tipo de manifestación que puedan realizar en forma pública. Aquí el mensaje transmitido sería: el que tiene éxito y dinero, puede hacer lo que se le antoje con los demás.
Lionel Messi, el Síndrome de Asperger y dificultad de relacionamiento
Por otra parte, el sicólogo Víctor Caballero recuerda que “tampoco se puede desconocer que a Messi a sus nueve años se le diagnóstico como portador del ‘Síndrome de Asperger’, un cuadro integrante del llamado “espectro autista”, caracterizado por la falta de empatía y la dificultad de establecer niveles adecuados de relacionamiento y comunicación social”.
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Caballero se refiere a Silvana Suarez, una exprofesora de su época escolar, que recuerda Lionel Messi como un niño que tenía problemas atencionales y para relacionarse adecuadamente con los adultos.
Ante esta sumatoria de factores, sólo resta concluir que en estos casos, la eventual preparación psicológica que se pueda suministrar a estos deportistas no cumple su papel esperado.
También está el hecho que dicha preparación hace más bien hincapié en obtener la victoria como sea, antes que a demostrar empatía social con los circunstanciales contrincantes.
El ejemplo de Lionel Messi frente a los niños
Lo preocupante es que este tipo de situaciones son presenciados por los niños, que ven como protagonistas de ellos a sus principales ídolos deportivos, generándose el riesgo de confundirlos acerca de en qué consiste realmente alcanzar el éxito en la sociedad.
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“Aquí se estaría reforzando en ellos, la idea de que si alcanzas fama y prestigio en tu comunidad o a nivel internacional, accedés a un estado de impunidad en el que se te está permitido hacer lo que quieras, por ser quien eres, lo cual no es correcto ni edificante para ellos”, alerta Víctor Caballero.
“Correspondería entonces mínimamente que los padres de familia, aprovechen estos episodios para aleccionar a sus hijos, respecto a cuáles serían las maneras más sanas y maduras de conducirse en la sociedad, utilizando como anti-ejemplos a estas personas”, recomienda el sicólogo Caballero.
“Paradójicamente, el hecho de haberse vuelto viral las palabras de Messi apalancadas por las plataformas digitales en Internet, confirman que la tendencia social apunta hacia el lado contrario”, analiza Víctor Caballero.
“De manera que con estos estilos de crianza, nada podríamos reclamar a estos niños, cuando sean adultos y les toque gestionar su comunidad, su sociedad y el mundo, y cometan errores elementales en cuanto a la convivencia social”, finaliza.