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Los muebles con superficies aceitadas deberían cuidarse con aceite para madera. Este penetra rápidamente y los poros de la madera permanecen abiertos. El mueble puede absorber la humedad ambiente excesiva y luego volver a expulsarla.
El aceite se coloca con un paño de algodón sobre las superficies. Hay que tener cuidado de no utilizar demasiado, porque los charcos de aceite sobrantes, que no son absorbidos por la madera, pueden generar partes pegajosas.
Cuidado con la cera
Los muebles encerados pueden rejuvenecerse, por ejemplo, con cera de carnauba, mezclada con cera de abeja o aceite de linaza. Es bueno saber que cuanto menos aceite de linaza se utilice, más dura quedará la cera colocada y más tiempo permanecerá protegida la superficie de la madera.
Los muebles con superficies laqueadas básicamente son más fáciles de cuidar y la suciedad se puede eliminar con poco despliegue. El tratamiento con esmalte, eso sí, cierra los poros de la madera definitivamente. Por lo tanto, aplicar aceite no tiene ningún sentido.
Quien tenga dudas sobre si un mueble fue aceitado, encerado o incluso, barnizado, debería preguntar, antes de aplicar cualquier producto, al fabricante o a un experto. Porque un cuidado equivocado no tiene efecto o, en el peor de los casos, puede incluso dañar el mueble.