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Cada etapa requiere de proteínas, vitaminas, minerales, aminoácidos y carbohidratos. Después de los 60 años ya no podemos comer la cantidad que ingerimos a los 20 o 30. Hay que seleccionar los alimentos y si es posible, con ayuda de nutricionista. Más todavía si la persona sufre de enfermedades como diabetes, hipertensión, obesidad, celiaquía, cardiopatías o degenerativas, la dieta es específica. Lo cierto es que hay que comer menos para vivir más, según los expertos actuales.
A la tercera edad llegamos según cómo ha sido nuestro estilo de vida hasta ahora. Si hemos realizado deportes u otras actividades físicas, la dieta fue siempre saludable, no consumimos alcohol ni medicamentos, tampoco cigarrillos ni excesos de grasas o carnes. Entonces será fantástico y nos hallaremos en buenas condiciones para vivir hasta los 90 o inclusive los 100 años, como nuestros ancestros.
El pueblo hunza, entre India y Paquistán, es el más longevo del planeta. Es conocido como “el oasis de la juventud” y viven hasta los 120 años. Sus ojos de color turquesa son únicos y obviamente, lucen cutis joven y de porcelana. Caminan leguas y leguas hasta sus cultivos, toman agua de glaciar y consumen preferentemente frutas y vegetales. No conocen alimentos procesados y están libres de estrés típicos de nuestras sociedades. No sufren de enfermedades crónicas, menos de cáncer.
¿A qué factores obedece su longevidad? Claramente a su estilo de vida.
En medio de un valle paradisiaco, a los pies del Himalaya, ellos cultivan sus propios alimentos, sin usar químicos. Hacen ejercicios, son disciplinados y prácticamente no se enferman.
La fruta que más consumen es el albaricoque, el vegetal preferido es la lechuga y muelen semillas y frutos secos para su dieta alimentaria. No saben nada de vacunas ni medicamentos. Un hombre de 90 puede ser todavía fértil y una mujer de 70 tiene la apariencia de una europea de 40 años. Son una gente muy amable y amistosa, que atribuyen su longevidad a una dieta vegetariana, al agua que beben y a sus trabajos cotidianos.
Finalmente, la dieta de la longevidad, que cuanto antes se realice es mejor, consiste en muchas legumbres, cereales integrales y verduras crudas. Algo de pescado y nada de carnes rojas. Un poco de carne blanca y cero azúcar, harina, arroz y sal que son los cuatro venenos. Si a las frutas naturales y a los frutos secos. Beber mucha agua y utilizar aceite de oliva.
Acompañar con buen humor, caminatas, paseos al sol y nada de estrés. Hasta el último día hay que llevar una vida social activa y entretenida. Realizar e involucrarse en actividades altruistas por más que uno ya está jubilado. Leer y hacer crucigramas.
En la tercera edad, a partir de los sesenta, el organismo requiere más calidad que cantidad ya que el metabolismo se vuelve lento. Los adultos mayores pueden desayunar frutas de estación, mamones, naranjas o aguacates. Pueden almorzar sopas de verduras. Merendar yogurt o galletitas integrales. Las cenas livianas deben llevarse a cabo temprano para dar lugar a una correcta digestión. Igualmente se recomienda te o infusiones para lograr un buen sueño.
No se aconsejan frituras ni pan blanco. Las comidas deben hacerse al horno o a vapor si es posible.