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Según indica el científico del deporte Ingo Froböse, de la Escuela Superior de Deportes de Alemania en la ciudad de Colonia, el o la ciclista no debe sentarse demasiado erguido en el asiento de la bicicleta. Porque, según puntualiza, “en esta postura la musculatura está demasiado relajada”.
Y la musculatura distendida, aunque suene a cuidado y protección, no es la mejor opción para la espalda. Lo más beneficioso, de acuerdo con Froböse, es inclinar un poco el tronco hacia adelante mientras se pedalea y conduce.
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De este modo, se consigue una cierta tensión previa que estabiliza la columna vertebral y puede absorber mejor los impactos.
Menos inclinación de la espalda que en la bicicleta de carrera
Este científico del deporte recomienda una inclinación de entre 15 y 20 grados, lo que dista de la postura que adoptan para andar los ciclistas profesionales.
Según Froböse, la posición fuertemente inclinada de los profesionales no representa un riesgo para su salud. “Sin embargo, se requiere entrenar la espalda debido a la exigencia de la postura”, manifiesta el especialista.
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Por lo tanto, es mejor que los y las principiantes elijan una bicicleta urbana o de trekking, antes de atreverse a un rodado de carrera.