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Con todos estos atributos se presenta el peeling, un tratamiento de la piel del rostro que debe realizarse en invierno o principios de primavera, idealmente.
La Dra. Marianne Insúa, dermatóloga, explicó que en invierno es más tolerable el tratamiento, ya que la piel se “pela”, queda expuesta a la radiación solar, que es menos intensa en esta época.
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La profesional aseguró que un peeling químico permite mejores resultados en cuanto a la durabilidad de los efectos y uniformidad de la piel.
“Con este procedimiento hay menos posibilidades de sufrir efectos secundarios, debido a la radiación solar, como la hiperpigmentación post inflamatoria, y la sudoración que hace que la piel se quede más reactiva”, indicó.
El peeling químico consiste en aplicar ácidos sobre la piel a determinadas concentraciones y de forma controlada, según desveló.
“El tipo de ácido se relaciona con el tipo de piel, la afección a tratar y el objetivo. El peeling puede ser superficial, medio o profundo, y este último solo debe ser aplicado por médicos especialistas”, remarcó.
Arrugas, cicatrices de acné y manchas
- El peeling elimina las células muertas de la superficie de la piel.
- Estimula la producción de colágeno y elastina de forma natural.
- Elimina las marcas de acné, arrugas y otras cicatrices superficiales.
- Mejorar la textura de la piel.
- Atenúa las manchas producidas por el sol, melasma, etc.
El proceso del peeling
La dermatóloga expresó que “la piel empieza a descamarse entre las primeras 24 a 48 horas después de haber aplicado el ácido. Y tarda en recuperarse entre 5 a 15 días, dependiendo del producto y la concentración”.
Los cuidados post peeling
Uso de protector solar, cremas hidratantes ante la descamación producida por el ácido figuran entre los cuidados posteriores.
Las complicaciones de este procedimiento al ser realizado por manos inexpertas podrían ser: pigmentación temporal o permanente, infecciones y alergias.