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Sin embargo, el algodón que se cultiva de modo convencional también daña el medio ambiente. Lo que sí representa una solución para las personas que quieren llevar una moda sustentable son los productos de algodón orgánico.
Pero, deteniéndose a pensar... ¿son realmente tan malas las prendas sintéticas?
Hay dos razones principales para no utilizar fibras sintéticas:
- Mientras que el algodón es un recurso renovable, la ropa sintética se produce utilizando petróleo. Esto libera CO2, que alimenta aún más el cambio climático.
- Las fibras sintéticas no son biodegradables. “Los sintéticos no se pudren y acaban convirtiéndose en microplásticos”, afirma Heike Hess, de la Federación Internacional de la Industria Textil Natural (IVN).
Naturalmente, la asociación industrial del sector de fibras químicas de Alemania, Austria y Suiza ve las cosas de otra manera. Teniendo en cuenta todos los aspectos ecológicos, las fibras artificiales resultan incluso más favorables que el algodón, sostiene la asociación en respuesta ante una consulta.
Y argumenta, por ejemplo, que las fibras sintéticas alivian la situación de escasez de superficies agrícolas, en las que se pueden cultivar alimentos. También destaca el menor consumo de agua que suponen dichas fibras.
Heike Hess conoce bien estos argumentos y responde: “Somos muy críticos ante el sintético”. Señala que frecuentemente se afirma que el balance de CO2 de la ropa sintética es mejor en su conjunto. “Pero la extracción de la materia prima petróleo es ignorada por completo”, advierte.
¿Qué tiene de malo el algodón normal?
Uno de los problemas es, efectivamente, el elevado consumo de agua debido a la sobreexplotación de los suelos. En el cultivo convencional del algodón, el suelo suele estar químicamente sobrefertilizado y debilitado, explica Hess.
A esta fundamentación también adhiere Nicole Pälicke, jefa de People Wear Organic, una empresa que comercializa ropa certificada de bioalgodón para bebés y niños. “El cultivo de algodón convencional implica el deterioro del suelo”, puntualiza.
¿Por qué es distinto el algodón orgánico?
“Debido a la mejor calidad del suelo, el algodón orgánico en todo caso ahorra agua”, apunta Heike Hess. Esto se debe a que el suelo puede retener mejor el agua.
“Hay plantas acompañantes que se siembran para mantener alejados a los insectos, hay más sombra y la erosión no es tan grave. El suelo se encuentra más sano, alberga más vida”, asevera.
La rotación de cultivos también es típica allí. Además, no se utiliza ingeniería genética en las semillas ni productos fertilizantes, ni tampoco pesticidas
Suena convincente... pero ¿cómo encontrar ropa de algodón orgánico?
Los consumidores pueden saber si una prenda es de algodón orgánico observando las distintas etiquetas:
El logotipo ecológico de la UE (Hoja compuesta por estrellas, sobre fondo verde): “Esto todavía no dice mucho”, manifiesta Hess, porque para los textiles, el porcentaje mínimo prescrito no está claramente definido. “Si se utiliza un pequeño porcentaje, ya puede llamarse algodón orgánico”.
Organic Content Standard de Textil Exchange: esta etiqueta confirma que un determinado porcentaje de algodón orgánico es identificable desde su origen en el campo hasta llegar la prenda a la percha. “Pero aquí tampoco está definido cuán elevada tiene que ser la proporción”, indica Hess. “Hay productos con un 100 por ciento de algodón orgánico, pero la etiqueta también se concede a partir de un porcentaje del 5 por ciento con el añadido ‘mezcla’”.
Global Organic Textile Standard (GOTS): aquí se certifica toda la cadena de producción, y no solamente la materia prima. Según Hess, se requiere al menos un 70 por ciento de fibras orgánicas para obtener la certificación. Los productos con el agregado “orgánico” en la etiqueta incluso están compuestos por un 95 por ciento de fibras orgánicas.
Naturtextil BEST: esta etiqueta IVN solamente se concede a las prendas que están fabricadas con un 100 por ciento de algodón orgánico. “Pero el sello sigue estando poco presente en el mercado”, acota Hess. Además, esta certificación también evalúa la cadena de producción del producto en su conjunto.
También existen otros sellos para ropa de algodón, pero que no exigen el algodón orgánico.
¿Y cuán sustentable es realmente la ropa de algodón orgánico?
Desde el punto de vista de Heike Hess, se trata de la posibilidad más sustentable para vestirse, si se contempla únicamente la materia prima.
Pero existe un gran reparo: “En la producción, por supuesto, todavía pueden producirse muchos pecados medioambientales en el hilado, el tejido, el teñido y la costura. La materia prima tampoco dice nada sobre si los trabajadores reciben un salario justo o no”.
Hess concluye por lo tanto: “Establecer el algodón orgánico como parámetro es un buen inicio, pero todavía no es suficiente para definir una prenda sustentable”. Esto significa que hay que prestar atención y buscar los sellos que certifiquen como sustentable en lo posible el proceso de producción en su totalidad.