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Es por ello que desde el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), recuerdan que para el bienestar general de las personas jóvenes y adultas se debe realizar al menos 30 a 60 minutos de actividad física diaria.
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Según datos de OPS, a nivel mundial las mujeres son menos activas que los hombres y la actividad se reduce a mayores edades en la mayoría de los países. Además, las poblaciones más pobres, las personas con discapacidad y con enfermedades crónicas y las poblaciones marginadas y las indígenas tienen menores oportunidades de mantenerse activos. En América Latina y el Caribe, los niveles de inactividad física aumentaron del 33% al 39% entre 2011 y 2016.
El Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), afirma que es recomendable comenzar la actividad física en forma progresiva y gradual, empezando con 5, 10 y 15 minutos diarios de ejercicio físico hasta llegar a por lo menos 30 minutos a una hora al día. “Es importante que todo programa de ejercicio esté adaptado a las necesidades y aptitudes de cada persona”, dicen.
Algunos ejemplos de actividad física según grupo de edades
De 5 a 17 años: saltar la cuerda, andar en bicicleta, caminar, nadar, correr, hacer gimnasia y practicar deportes, subir escaleras y trabajar en la huerta escolar.
De 18 a 64 años: andar en bicicleta, utilizar las escaleras, hacer las tareas de la casa,
De 65 años en adelante: andar en bicicleta, caminar, trabajar en el jardín o en la huerta, hacer las tareas de la casa, bailar, hacer gimnasia y practicar deportes.
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Algunos de los beneficios que aporta hacer actividad física
El ejercicio físico regular y sostenido ayuda a:
- Facilitar la oxigenación de todo el cuerpo, fortaleciendo el corazón y los pulmones.
- Disminuir la presión arterial a largo plazo en personas con presión alta.
- Elevar los niveles del “colesterol bueno”(HDL), reduce el riesgo cardiovascular al disminuir el “colesterol malo” (LDL) y los triglicéridos.
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- Estimular el metabolismo general de los tejidos, por ejemplo de los huesos para prevenir la osteoporosis y de los músculos para evitar su atrofia.
- Estimular la producción de insulina en algunos pacientes diabéticos, insulino resistenes y síndrome metabólico.
- Disminuir la grasa corporal y aumentar el tamaño de los músculos.
- Mejorar la flexibilidad de los músculos y el movimiento de las articulaciones.