Cargando...
¿Se ha imaginado alguna vez como sería estar en medio de un bombardeo o una guerra? En el medio militar el personal se ve sometido a los más altos niveles de ruido; se considera que las detonaciones de las armas de fuego superan en intensidad a todos los ruidos industriales, y las consecuencias a estas exposiciones suelen ser tan terribles, como problemas emocionales y traumas acústicos agudo.
Lea más: Pirotecnia y autismo, mala combinación
Ahora, imagínese que cada año una parte de la población infantil tenga sufrir esos mismos traumas, además de convulsiones, ansiedad, miedos y autolesiones debido a la fuerte intensidad de ruido que estos perciben tal como si estuvieran en medio del campo de batalla. No suena nada divertido ¿verdad? pues así son las fiestas para, según datos de la OMS, uno de cada 160 niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Según la Lic. Blanca Villalba de Centurión, psicóloga infantojuvenil, esta época del año surge nuevamente un debate sobre los usos de la pirotecnia, “no sólo debido a los peligros que conlleva su utilización, sino que también porque se trata de elementos sonoros que son perjudiciales para la salud de amplios sectores de la población, entre los que hemos mencionado, los niños con TEA”.
La profesional explica que muchos de los niños con TEA muestran dificultad de concentración y viven una experiencia sensorial totalmente diferente en la recepción de estímulos no sólo auditiva, también olfativa, visual y táctil; a lo que llamamos hipersensibilidad sensorial. Sufren alteraciones sensoriales ante distintos estímulos. Por ello, las personas con TEA por ejemplo, se tapan los oídos ante ciertos ruidos.
Hipersensibilidad auditiva, ¿qué es?
Hipersensibilidad auditiva o hiperacusia es un término utilizado para describir la respuesta negativa o exagerada a los estímulos ambientales que ocurren dentro de las vías auditivas. Esto significa que los ruidos fuertes les afectan más que a cualquier otra persona.
Lea más: Realizan movilización para reglamentación de la "ley del autismo"
“Por este motivo, los ruidos de bombas y cohetes tan frecuentes en nuestra sociedad y en estas fechas, los afecta de manera directa y pueden causarles un tremendo dolor” dijo.
Junto con las dificultades, con la activación sensorial, los desafíos con la modulación pueden evitar que el sistema nervioso central identifique de manera apropiada la intensidad, frecuencia, duración y complejidad de los estímulos ambientales generando problemas al filtrar sonidos significativos del medioambiente.
Esta incapacidad para filtrar puede conducir a una cantidad abrumadora de estímulos entrantes, lo que resulta en hiperreacciones debido a una sobrecarga sensorial.
Ruidos de pirotecnia
Analicemos los ruidos que producen las pirotecnias. Suelen ser situaciones de sonidos de impacto (corta duración y niveles de presión acústica altos), por encima de los 120 dB, algunos alcanzando los 140dB. La mayor parte de la energía está en las bandas de 125, 250 y 500Hz.
La licenciada afirma que muchas de las personas con TEA, detectan antes estos sonidos (discriminan antes el tono, podríamos decir que antes los perciben).
Los estudios recientes señalan además que las personas con TEA presentan una respuesta elevada impulsada por la detección temprana de la desviación de frecuencia (la discriminación de tono) y la habituación reducida (el procesamiento prolongado de la desviación) en respuesta a sonidos nuevos.
Esto significa que, normalmente nuestro cerebro realiza un proceso para atenuar las intensidades auditivas y hacer tolerable la percepción del sonido. El ingreso del ruido en la persona con TEA es absoluto, es total, sin ningún tipo de filtro. Al no poder regular la intensidad de los ruidos, ésta es dañina. Es decir, sabemos que los ruidos superiores a 90dB son dañinos para toda la población, y mucho más aún para las personas con TEA.
Reacción ante estos estímulos
Generalmente, como reacción a estos estímulos tan fuertes pueden responder de esta manera:
- Tapándose los oídos.
- Teniendo crisis de llanto, de gritos, ansiedad o hasta llegan a autolesionarse.
- Toman, por lo general, una posición agresiva para comunicar que los ruidos les molestan.
“Como vemos, es un problema que tiene relación no sólo con los oídos sino con el cerebro y el sistema nervioso central, justamente por esta dificultad sensorial de procesamiento. Como suele ser una carga de estímulos muy alta, por el ruido o por las luces, los fuegos artificiales tienden a desorganizar o desestabilizar en exceso a los chicos con TEA” aseguró la psicóloga.
Recomendaciones
Muchas familias con niños con autismo buscan estrategias para protegerlos, como evitar exponerlos a los ruidos, pero no siempre es posible. Algunas sugerencias importantes:
- Anticipar visual y oralmente las situaciones a las que se va a enfrentar a lo largo del día o la noche con la ayuda de videos.
- Contención; proveer al niño la contención que necesita en ese momento, abrazarlo, alzarlo, que sienta que estamos con ellos y que no le vamos a dejar hasta que todo pase.
- Proveerles de unos cascos o tapones para salir a la calle con ellos puestos, esto reducirá en gran medida la intensidad a ciertos estímulos auditivos (bombas y cohetes).
- No insistir ni forzar a estos niños a participar en las situaciones que conocemos les son desagradables.
- Muchos padres en estas fechas van a lugares alejados de la ciudad, donde la concentración de los sonidos pirotécnicos es más baja.
- Para favorecer la desensibilización y tolerancia a todos estos estímulos, sería recomendable trabajar con meses de antelación desde un servicio especializado.