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Puntualmente está llegando la Navidad 2021 para todos los niños del mundo. Ellos esperarán en sus hogares el nacimiento del Niño Jesús. Los momentos difíciles que atravesamos como sociedad en muchos sentidos, sea laboral, de salud o de discordias no deberían interferir en la riqueza de esta celebración de unión y paz familiar. Los niños son muy perceptivos y naturalmente alegres.
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¿Qué es la Navidad en la mirada infantil? “La Navidad, por lo general, es un momento de encuentro familiar, de muchas emociones, de nuevos propósitos. La Navidad es una buena ocasión para renovar las ilusiones y esperanzas, como también de aprendizaje para los niños. Muchas veces las familias suelen orientar las fiestas a las compras, a lo material, sin dar lugar a las enseñanzas que los niños transmiten.
Es importante que como adultos aprovechemos el espíritu navideño para reflexionar con los hijos, enseñarles valores como la unión, la generosidad, la amistad y la alegría. Es significativo darles la oportunidad de expresar sus emociones libremente y sentirse validados emocionalmente”, dice Marcelo Reiser C. psicólogo clínico de niños, jóvenes y adultos.
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El profesional menciona que en esta época recibe muchos pacientes, también niños llevados por sus padres a terapia. “Las fechas festivas son momentos de muchos recuerdos, reflexión, silencios, preguntas sin respuestas. Los motivos pueden ser varios de acuerdo a las situaciones que fueron aconteciendo; entre ellos: duelos, pérdidas, conflictos familiares, rupturas”
-Hoy día hay quienes promueven con énfasis el no mantener la ilusión infantil de Papá Noel o los Reyes magos. ¿cómo tomarlo?
Desde mi punto de vista profesional, es importante, en primer lugar, tener en cuenta la edad evolutiva del niño, es distinto si hablamos de un niño de 5 años o de 9 años, por los procesos madurativos en que se encuentra. Por otro lado, considero que es significativo crear en los niños esa ilusión, darles la posibilidad de sentir. Es cierto que a medida que van creciendo se van dando cuenta de más cosas que ocurren alrededor, pero no debemos olvidar que son niños y que cada uno va cerrando ciclos a su ritmo.
Fantasía navideña depende de la edad y maduración
-La fantasía navideña del niño, depende entonces de su edad y maduración.
-No es perjudicial que el niño sueñe cuando sea de manera responsable. De niños muchas veces soñamos con lo que queremos ser de grandes, adónde queremos ir, las cosas que queremos conquistar. Un niño tiene derecho a soñar, ese sueño con el paso del tiempo va tomando más forma y sentido. No privemos a los niños de soñar, porque por medio de ello uno se va construyendo y generando habilidades sociales para la vida.
-En este tiempo, la familia ideal de amor y paz se torna cada vez más difícil de lograr.
-Es primordial aclarar que la familia ideal no existe, como tampoco todas las familias son religiosas. Como familia sería bueno tener presente los valores de unidad, respeto, amabilidad, amor, comprensión, compasión y empatía. Evitar juzgar. Agradecer por todo lo bueno, por los momentos compartidos y los que vendrán, hacer unos minutos de silencio y ponerse un propósito individual.
-En muchos hogares las peleas surgen con más fuerza en Navidad, pero lo peor es que hay niños presentes.
-Como sociedad debemos ser conscientes de que fuimos pasando por años difíciles, muchas pérdidas de gran parte de la familia por la Covid 19, muchos estamos agotados, con poca paciencia y desánimo. Es preferible que antes de llegar a las peleas entre familiares, se pueda dialogar y que cada uno pueda comunicar lo que le disgusta, lo que piensa, lo que siente en un espacio que no estén los niños presentes. Como adultos tenemos que dar el ejemplo e inculcar valores, no gritos.
Permisos, negociación e incentivos
-¿Cómo preparamos el ambiente navideño con y para los niños, cómo nos ayudan?
-Desde el enfoque positivo, siempre antes de realizar alguna actividad es importante preguntarle al niño si hay algo en particular que gustaría hacer. Algunas actividades podrían ser: manualidades, cocina navideña, colocar las luces, hacer un teatro para niños, cantar villancicos u otra música de su preferencia. Armar con los niños un rincón donde les gustaría estar, decorar la casa con los padres.
-Hora de la cena y somos muchos; después de un día agotador, queremos cenar relajados, ¿niños aparte o integrados?
-Depende mucho de la familia; por ende, las respuestas pueden ser variadas. Comer juntos y compartir, no es únicamente saciar el apetito, sino que detrás de sentarse en la mesa todos juntos, hay un significado mucho más interesante de preocuparse por el otro, escuchar a los demás y expresar nuestros sentimientos para que los hijos también aprendan a expresarlos. En este caso, se podría hacer una mesa larga donde todos los integrantes de la familia puedan caber sin hacer diferencias.
-¿Debemos consentir y ceder “por una vez” a lanzar bombas y petardos?
-En nuestro país explotar bombas en fechas festivas es una actividad socialmente aceptada. Pero tenemos que considerar que hay niños con patologías específicas, con hipoacusia, trastorno del espectro autista o con hipersensibilidad auditiva, como así también hay mascotas a las que la explosión podría afectarles mucho y de manera distinta. Es importante explicar a los niños y enseñarles a ser más empáticos.
-Queremos verlos bien vestidos, pero no les gusta lo que les compramos, ¿cómo negociamos?
-Eso es interesante: hacer acuerdos con los hijos; no obstante, también es importante que los niños puedan elegir, decidir lo que les gusta y sentirse cómodos. Realizar preguntas como: ¿qué te gustaría ponerte? ¿te gustaría ir conmigo a elegir tu ropa para las fiestas? ¡qué bien te queda lo que elegiste! No debemos imponer sino dar opciones y soluciones.
-¿Qué es lo más lindo que queda grabado en la memoria de los niños?
-Los recuerdos de gratitud, alegría y de compartir. Un cambio no, pero sí tener en cuenta que cada niño es distinto, cada uno tiene su forma de ser, sus cualidades, preferencias, ciclos, momentos y tiempos. Siempre es significativo plantearse: si lo que hoy le estamos brindando a los hijos, les va a ser útil el día de mañana. En mi transitar de profesional de la psicología, desde la disciplina positiva, aprendí que muchas veces tenemos que ser observadores, escuchar, alentar, no darnos por vencidos, facilitar herramientas de acceso a los niños para que puedan ser independientes, puedan confiar en ellos mismos y sobre todo que puedan creer que ellos son capaces de lograr lo que se propongan.