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Una de las técnicas más eficientes son las que involucran a la respiración, son ejercicios que pueden utilizarse no solo para dormir bien, sino también en cualquier momento del día en donde necesitemos una pausa para no explotar.
Jacobson y Schultz son los nombres más leídos cuando buscamos en redes éste tipo de técnicas que ayudan al individuo a encontrar la relajación y disminuir el estrés mediante el control de la respiración.
Pero volviendo al buen dormir, el ejercicio que se puede realizar ya estando acostados en la cama es el siguiente: inspirar profundamente por la nariz, retener unos segundos, soltar todo el aire lentamente por la boca, hacer un breve descanso y volver a repetir tres a cinco veces.
Las condiciones del ambiente también son importantes, se habla generalmente de tener un colchón cómodo, una habitación ventilada y con temperatura agradable, así como de luz tenue y que no hayan interferencias de sonidos… pero la realidad es que cada persona crea sus propias condiciones adecuadas.
¿Quién no conoce a esa persona que duerme con el televisor o la radio encendida? Y que al momento de apagar el artefacto se despierta automáticamente. O aquel que debe taparse para descansar bien, sin importar las altas temperaturas.
Una abundante cena antes de ir a la cama puede perjudicar el buen descanso, así como el consumo de bebidas con cafeína. Es conveniente evitar el uso del celular estando acostado, pero esta tarea es bastante complicada, así que podemos reducir el brillo o utilizar filtros que atenúan la luz para que la lectura del dispositivo sea más agradable.
Con respecto a las posturas, la más recomendable es dormir sobre el lado izquierdo, ya que es la posición que más favorece a la alineación del cuerpo en general y colabora con el descanso. Dormir boca arriba propicia el ronquido y también hay más probabilidades de tener pesadillas así que es mejor evitarla.
Cuando el cansancio se impone, dormir puede ser una tarea más fácil pero si a pesar de ello no se puede conciliar el sueño podemos recurrir a relajantes naturales: un té de manzanilla, tilo o valeriana contribuyen a la relajación y favorecen al buen descanso.
Otro método de relajación para dormir bien es una buena ducha. Estar limpio y fresco, en una cama bien tendida y el dormitorio ordenado, son factores que favorecen un buen ambiente para descansar.
Y si nada de lo expuesto funciona y la simple incomodidad de dormir bien se convierte en insomnio, es momento de dejar de lado las técnicas convencionales y recurrir al médico de cabecera para una evaluación más detallada del problema.