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Actualmente se llevan adelante iniciativas que apuntan a la prevención del embarazo adolescente. De hecho, tres hospitales públicos de referencia de la capital trabajan en los llamados Espacios Adolescentes Ñangareko. Dicha iniciativa es a instancias del trabajo conjunto con la Fundación Fundación Juan Rassmuss Echecopar y el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.
El Hospital Barrio Obrero es uno de los centros que cuenta con dicho espacio y, al respecto, la Dra. Sol Espínola refiere que la educación es un pilar fundamental para la prevención del embarazo adolescente.
¿Qué tipo de contención se ofrece a las adolescentes que llegan al servicio?
Actualmente el espacio Ñangareko del Hospital Barrio Obrero cuenta con todo lo que se refiere a salud sexual y reproductiva de adolescentes. Eso incluye ginecología, atención prenatal, asesoría sobre métodos anticonceptivos y consejería sobre enfermedades de transmisión sexual.
Se puede hablar de una atención integral…
Además de proveerles con todos los medicamentos de planificación, contamos con un plantel de psicólogos y psicólogas y también nutricionistas. Trabajamos muy de cerca con el departamento de Asistencia Social y Asesoría jurídica. Así como nexo con todas las especialidades dentro del hospital.
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¿Cómo es la dinámica del trabajo?
Cuando una adolescente embarazada llega al espacio Ñangareko tiene una entrevista con la obstetra, luego pasa a la consulta médica, luego a trabajo social y dependiendo de la edad se comunica a servicio social; también se le agenda una consulta con la psicóloga que trabaja exclusivamente con adolescentes y se agenda la consulta con nutrición, así como con el servicio de odontología.
Visibilizar y no naturalizar
Para la Dra. Espínola, lo ideal es que las adolescentes vivan su adolescencia como tales y no tener una responsabilidad biológica de ser madres a tan temprana edad.
¿Qué es lo que efectivamente funcionaría para evitar esta situación?
Visibilizar el problema es clave. Porque si no vemos el problema, nunca vamos a encontrar una solución. El embarazo en la adolescencia en nuestro país es algo que está naturalizado, entonces no se ve como un problema.
Otra cosa que dificulta la visibilización es que los grupos de mujeres que más se ven afectadas son adolescentes vulneradas que históricamente son invisibles para la sociedad. Para hablar de prevención, la educación es la piedra angular de todo.
¿Educación de quién?
De los padres para que puedan abordar el tema de la sexualidad. Educación de los maestros, de todas las personas. Tenemos que perderle el miedo a hablar de temas relacionados a la sexualidad. Tenemos que sacarle ese tabú a educación sexual integral donde supuestamente hablamos de sexo y no es así. A través de la educación vamos a poder conseguir bajar los números. Es un compromiso de la sociedad, solo Salud no podrá solucionar porque el tiempo que nosotros pasamos con la paciente es limitado.
Bajan números, problema persiste
Según datos oficiales y provisorios, en lo que va del 2021, ya se registraron 8.827 nacimientos de madres adolescentes (290 nacimientos en las edades de 10 a 14 años y 8357 nacimientos entre los 15 y 19 años). Como referencia, el año pasado hubo 13.887 alumbramientos protagonizados por niñas y adolescentes. En el 2019, las cifras oficiales refieren 15.769 nacimientos en esta población, de acuerdo a datos proporcionados desde el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.
Mediante un comunicado de prensa con motivo de esta fecha, la Fundación Juan Rassmuss Echecopar dio a conocer la forma en que colabora con los esfuerzos del Ministerio de Salud en la implementación de más Espacios Adolescentes Ñangareko, un lugar de atención en Salud Sexual y Reproductiva: diferenciada, amigable, disponible sin necesidad de solicitar una cita, y que brinda acceso a todos los servicios del área de manera rápida y eficaz en un solo lugar.
Estrategia en hospitales públicos
“Esta estrategia fue implementada en el Hospital de Clínicas, y en hospitales públicos de la red del Ministerio de Salud; como los Ñangareko del Hospital de Barrio Obrero y del Hospital Materno Infantil de Fernando de la Mora”, agrega el documento de difusión.
“Instamos a las familias a seguir cumpliendo el rol fundamental de acompañar, orientar, informar sin ninguna restricción, con un foco en el bienestar de la persona adolescente de tal manera que su proyecto de vida no se vea interrumpido por una situación no planeada, y prematura para esta etapa de la vida”, agrega.
La experiencia del trabajo con las adolescentes tiene varias aristas ya que el seguimiento se realiza de manera integral más allá del área de salud.