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Se remató todo, desde conejitos de Pascuas hasta heladeras y cocinas industriales y el propio terreno. Hoy solo quedan retazos de un lugar que a lo largo de la historia recibió en promedio a unas 55.000 personas en baby showers, despedidas de solteras y tés de quince años.
Si comparamos con el aforo del mayor estadio de nuestro país, la nueva olla, unas diez mil terminarían quedando afuera.
Además del comunicado de cierre en la red social Facebook, la noticia fue confirmada por uno de sus propietarios, Jorge Leoz. En tiempos no pandémicos, el establecimiento ubicado en República Argentina y Boggiani (Asunción) daba trabajo a unas 50 personas, con las restricciones al sector, el número se redujo a 15, sin embargo, la situación hizo que fuese insostenible seguir.
Como balde de agua fría algunas habitués no tardaron en reaccionar en redes sociales, como Camila Eschgaller, cuyo nacimiento fue celebrado ahí hace 25 años y su sueño era que al convertirse ella en madre poder hacer lo propio con sus amigas como lo había hecho su madre Bernarda Ortellado.
Como Chantilly, se estima que entre un 20 a 25% de empresas gastronómicas han cerrado por la pandemia, según Oliver Gayet, presidente de la Asociación de Restaurantes del Paraguay.
Así se cierra un lugar que no solamente es un lugar sino un rincón en el que pasaron la vida, el amor, el desamor, el nacimiento y las ilusiones de miles de paraguayas que se reunían alrededor de una mesa a compartir la hora del té.
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