Se estima el consumo el año pasado en 234 millones de hectolitros, 7 millones menos que durante la crisis financiera de 2008-2009, según la organización con sede en París. Se trata de la cifra más baja desde 2002.
En sus previsiones de octubre, la OIV preveía una caída de las ventas mundiales de vino de alrededor del 10% para 2020, un año marcado por los cierres de cafés, restaurantes y hoteles, pero también por los “impuestos Trump” sobre algunos vinos europeos y los tributos aplicados por China a los vinos australianos.
“Era una visión demasiado negativa” , admitió Pau Roca, director general de la OIV. “El aumento de las ventas de vino en los supermercados compensó bastante bien” los cierres, dijo a la AFP .
En Europa (48% del mercado) se constata una estabilidad en el consumo de vino en 2020, pero la cifra global oculta fuertes variaciones entre países.
Por ejemplo, en Francia y Alemania, el consumo se mantuvo estable, pero se disparó en Italia un 7,5% respecto a 2019, su nivel más alto de la década, y cayó un 6,8% en España.
En Estados Unidos se mantuvo estable, pero cayó en un 6% en Canadá.
En China, donde se originó la epidemia de covid-19, se registró un descenso de 17,4%, señala la OIV, pero recomienda interpretar esta cifra “con precaución” , debido a las revisiones de los datos por parte de la Oficina de Estadística china.
En Argentina, el consumo de vino aumentó un 6,5% y se disparó un 18,4% en Brasil.
En cambio, en Sudáfrica cayó más del 19%, hasta alcanzar su nivel más bajo en 20 años. Las autoridades prohibieron durante varios meses la venta de alcohol para evitar una saturación de los hospitales.