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La frecuencia con la que vamos al baño varía de una persona a otra, incluso en personas sanas. Una persona puede ir tres veces al día, otra tres veces a la semana. Pero cuando se dan cambios en esas rutinas, la persona puede sentir una sensación de malestar.
La gastroenteróloga alemana Birgit Terjung lo explica así: “La gente tiene la sensación de estreñimiento, si la defecación es menos frecuente de lo habitual. Tienen la sensación de estar llenos, de defecación incompleta. Tienen que empujar con fuerza, reportar deposiciones duras o grumosas, o incluso se tienen que ayudar manualmente”.
A algunas personas les inquieta esta situación, les preocupa que se pueda llegar a producir un “envenenamiento interno”, señala Terjung. Pero no hay que intranquilizarse. “Ese mito no tiene ninguna base científica”, aclara la especialista, jefa del Departamento de Medicina Interna de las Clínicas GFO de Bonn.
Dos formas de estreñimiento
Los médicos distinguen dos formas principales de estreñimiento: el llamado cologénico (o de tránsito) y el ano-rectal (o distal).
Un tránsito intestinal demasiado lento provoca una sensación de estar lleno, un abdomen hinchado y baja frecuencia en las deposiciones. “Esta situación se puede dar debido a la ingesta de medicamentos y al padecimiento de otras enfermedades”, indica Terjung.
También puede estar provocado por un cambio de alimentación, como por ejemplo suele suceder durante las vacaciones.
Las causas de un trastorno distal (obstrucción de salida) pueden ser calambres en el ano, una debilidad del suelo pélvico con un posible abultamiento de la pared anterior del recto hacia la vagina o unas heces espesas, describe la gastroenteróloga.
El estreñimiento crónico puede aparecer a cualquier edad, explica el profesor universitario Christian Pehl, quien además es el especialista en esta materia dentro de la Sociedad Alemana de Gastroenterología y médico jefe en el hospital de Vilsbiburg, en Baviera.
La obstrucción intestinal es algo que afecta sobre todo a las personas mayores. “Las razones son la falta de ejercicio, una dieta baja en fibra o beber poco”, dice Birgit Terjung. Además, el tiempo de tránsito en el intestino suele cambiar en las personas mayores, las heces se mueven más lentamente en el intestino grueso.
La enfermedad de Parkinson, la demencia, la depresión o la diabetes mellitus también pueden tener un efecto negativo en el tránsito intestinal, apunta Terjung. Lo mismo ocurre con los antidepresivos, los medicamentos para el Parkinson, los psicotrópicos y los analgésicos opiáceos.
¿Qué aportan los remedios caseros?
Si se tienen problemas de estreñimiento, no siempre hay que acudir enseguida a un médico. En algunos casos también se puede probar primero algunos remedios caseros.
“Las ciruelas pasas, los frutos secos y el zumo de chucrut pueden tratar bien las formas leves de estreñimiento crónico”, señala Pehl. “Pero, de nuevo, a veces hay efectos secundarios como dolor abdominal, hinchazón y diarrea”.
Del mismo modo, se puede añadir fibra a la dieta. “Los preparados de cáscara de la semilla de psyllium son especialmente útiles en este caso por su efecto regulador de las heces”, explica Pehl.
¿Y cuándo hay que ir al médico? “Si el estreñimiento es nuevo y persistente, especialmente después de los 50 años, hay que consultar al médico”, aconseja Terjung. Lo mismo ocurre si se producen flatulencias graves, dolor abdominal o sangre en las deposiciones.