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Cuando se sospecha de demencia, es importante primero explicar el concepto: “Muchas veces se confunden demencia y Alzheimer”, dice el profesor Oliver Peters, médico jefe de la Clínica de Psiquiatría y Psicoterapia del Hospital Charité de Berlín.
La explicación más breve, según él, es: “La demencia tiene muchas causas. El Alzheimer es la más habitual”.
Se habla de demencia cuando se presentan limitaciones mentales que influyen negativamente en la vida cotidiana. Eso quiere decir: otra persona debe ocuparse del afectado y una vida autónoma e independiente ya solo es posible con restricciones, señala Peters.
El síndrome puede tener muchas causas y se presenta en relación con diferentes enfermedades, que en parte son tratables.
Si alguien enfermo de Alzheimer comienza a padecer síntomas de demencia, sin embargo, aUn no hay una terapia para tratar los determinantes causales como para curar la enfermedad.
No obstante, vale la pena darse cuenta lo antes posible y tomarse en serio las señales de alerta. Porque una terapia sintomática puede mejorar claramente la calidad de vida.
Acudir al médico ante determinadas señales de alerta
“Se recomienda asistir al médico cuando aparecen perturbaciones de la memoria y persisten o cuando se olvidan cosas importantes para el afectado”, indica Janine Diehl-Schmid, directora del centro de alteraciones cognitivas del Hospital Klinikum rechts der Isar en Múnich.
Lo mismo vale para “cuando los afectados repiten preguntas o contenidos de diálogos de manera inadecuada, porque ya no recuerdan si ya lo contaron o preguntaron”.
También alteraciones en la orientación o problemas en el manejo del teléfono, la computadora o la máquina de café son señales de alarma, siempre y cuando antes no existieran.
Un primer interlocutor puede ser el médico clínico, que, en el caso ideal, ya conoce a su paciente desde hace varios años.
“Cabe aclarar que según nuestra experiencia a veces los primeros estadios de demencias o el estadio de predemencia no se perciben en las consultas con los médicos clínicos”, dice Diehl-Schmid. “Además, los médicos clínicos muy pocas veces disponen de la posibilidad de ampliar el diagnóstico”.
Por ello es una buena idea consultar con un neurólogo o un psiquiatra para determinar si en ese caso concreto solo se trata de una distracción o es el comienzo de una demencia.
Las clínicas de memoria pueden aportar claridad
Oliver Peters recomienda asistir a una de las llamadas clínicas de memoria. “En principio, allí se realiza una prueba neuropsicológica en la que se analizan diversas capacidades como orientación y funcionamiento de la memoria”, señala Peters.
Dependiendo de los resultados, le siguen otros estudios, por ejemplo, análisis de sangre y diagnóstico por imágenes de la cabeza.
“Una punción lumbar puede mostrar incluso en el caso de pocos síntomas clínicos si estamos ante un caso de Alzheimer u otra demencia en un estadio temprano”. Todos los resultados se reúnen para determinar si se ve afectada la capacidad de rendimiento mental.
Avanza la investigación de medicamentos
“Si realmente se diagnostica una fase de predemencia, no hay ninguna terapia”, dice la psiquiatra Diehl-Schmid. “Pero para muchas personas es importante saber lo que pasa. El paciente se entera de cómo puede influir preventivamente en el progreso de la enfermedad y cómo puede planificar su vida en relación a eso”.
Además, existe la posibilidad de participar ya en un estadio temprano en diversos estudios de medicamentos en clínicas universitarias. “Si el paciente quiere, puede, por ejemplo, recibir un medicamento innovador”, explica Diehl-Schmid.
La investigación de los medicamentos contra el Alzheimer avanza y los expertos creen que en un futuro no muy lejano puede haber una terapia efectiva.
Actualmente, los médicos prescriben en el caso de una demencia ya marcada medicamentos antidemenciales. Estos sirven para mejorar los síntomas en un plazo de entre uno o dos años. En estadios tempranos de predemencia no están indicados.
Cómo pueden tratar el tema los familiares
Un problema es que los afectados muchas veces no se dan cuenta si pierden cosas constantemente, olvidan otras o se reiteran permanentemente en conversaciones. O no lo perciben como un problema. ¿Qué pueden hacer los familiares en ese caso?
“Existe el fenómeno de la falta de reconocimiento de la enfermedad que aparece muchas veces en el marco de las demencias”, dice Oliver Peters.
Eso muchas veces genera conflictos, cuando se le hace ver al afectado y este le resta importancia. Pueden producirse reacciones defensivas si uno no encara el tema de forma empática o ejerce demasiada presión, subraya el médico.
Peters recomienda tomarse mucho tiempo para la comunicación, llamar la atención reiteradamente sobre los problemas e intentar establecer una cierta objetividad.
Los familiares pueden, por ejemplo, mencionar con cuidado que esa llave que está buscando ya la tiene en el bolsillo de la chaqueta o comentar que uno ya llamó ayer cuando el afectado señala: “Hace mucho que no sé nada de ti”.