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Los efectos benéficos del aloe vera ya fueron descritos en tablas sumerias, según indica Stephanie Gasper, directora de la colección del sector Cactus y Otras Suculentas en el Jardín y Museo Botánico de Berlín.
“A Alejandro Magno le recomendaron conquistar la isla de Socotra para asegurarse aloe para curar heridas. Y en los países árabes se lo considera símbolo de la felicidad completa”, añade.
Esta planta es valorada hasta hoy en día por sus propiedades beneficiosas. Para Ulrich Haage, de la Asociación Alemana de Viveros, este no es el único motivo para tener un aloe vera como planta de interior o en el balcón.
“El aloe vera no solo es una planta práctica, sino también fácil de cuidar, que puede florecer de forma muy hermosa”, dice este especialista en cactus.
Aloe: más de 500 especies
En total, hay unas 500 especies de aloe. “Los aloes vienen de distintas formas: en forma de árbol o de rosetón. La mayoría de las especies crecen de Sudáfrica y Madagascar hasta la península arábiga”, explica Nils Köster, conservador de Colecciones Vivas Tropicales y Subtropicales del Jardín y Museo Botánico en Berlín.
Lo típico del aloe son sus hojas carnosas rectas, de hasta 40 centímetros, que pueden almacenar agua. Una forma de reconocerlas es por las espinas cortas y por lo general blancas que se encuentran en el borde de sus hojas.
Sin embargo, el exótico aloe vera no solo es una gran planta de interior. “En el verano se la puede dejar sin problemas afuera en el balcón o en la terraza”, indica Haage. En el caso de colocarlo en el interior, se recomienda que sea en un lugar con bastante luz.
Si el aloe vera se coloca afuera, sus hojas suelen enrojecerse por la luz del sol. “La planta puede quemarse en días de mucho sol. Por eso se recomienda dejarla a la sombra en veranos muy calurosos”, recomienda Haage.
El aloe verde prefiere la tierra sin turba
El aloe vera no necesita un sustrato especial. Por lo general, crece bien en la tierra para plantas, siempre y cuando esta no contenga turba, de acuerdo con Haage. Su consejo es emplear tierra para cactus o una mezcla de materiales minerales como piedra pómez, gravilla y perlita.
Al ser una suculenta, el aloe vera no necesita de mucho riego. En verano, Haage riega sus plantas cada 14 días. “Lo mejor es colocar agua en el platito inferior y esperar unos diez minutos hasta que la planta haya absorbido agua suficiente. Luego hay que vaciar el platito. Si las raíces quedan bajo el agua, se forman hongos y se pudren”, advierte.
Para cosechar el aloe, Gasper recomienda sacar siempre la hoja inferior de la planta. “Cada corte que se hace es una entrada potencial para enfermedades. Además, las plantas con cortes ya no se ven tan bonitas”.