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En un local bien céntrico se imparten clases de defensa personal para mujeres. Asume la formación del grupo, Giovanni Ferreira (34), practicante de Artes Marciales desde muy pequeño, además se autodefine como “meditador y divulgador de la conciencia por medio de las artes para la búsqueda del autoconocimiento y la expresión”. Las clases se desarrollarán en Espacio Samu’u durante todo el año.
-¿Qué vas a enseñar y cuál es tu especialidad?
He incursionado en varios estilos, pero mi verdadera formación es en un arte marcial llamado Kuk Sool Won (Corea), traído al Paraguay por el Gran Maestro Lee Han Chul. Mi profesor Edgar Enrique me dio la oportunidad de dar clases en esta disciplina desde el año 2013. Ahora en la orientación especial para mujeres voy a dar clases regulares de defensa personal, en lo cual hace un par de años estoy especializándome.
-En las artes marciales hay mucha variedad
Es un universo donde se tiene la gracia de seguir aprendiendo siempre. En lo que conlleva a la formación femenina, tiene un enfoque diferente a lo que podría ser la experiencia en algún deporte de contacto o marcial, ya que está adaptado y enfocado como posible herramienta que ayude a soportar acciones en escenarios reales.
-¿Pasaste por esos escenarios reales?
Sí, más de diez veces atentaron contra mi integridad, lo cual me permite hablar de una penosa pero valiosa experiencia en situaciones en las que el conocimiento de tácticas y prácticas de técnicas me permitieron defenderme y desenvolverme de manera pacífica.
-Trabajando valores, ¿en cuál vas a hacer énfasis?
Un factor principal es lograr la fraternidad entre las practicantes, donde la armonía del lugar nos permita entrar en confianza para identificar y proyectar las inseguridades (que son generalmente las mismas) a fin de superarlas con herramientas didácticas, y así adquirir el desarrollo integral de la defensa personal.
-De a poco, mujeres de toda edad quieren aprender a defenderse solas, ¿cómo vas a encarar sus diferencias físicas y temperamentales?
Desde que la persona tiene noción de poder seguir una orientación, ya puede incorporarse al curso, sin límite de edad. Tampoco hay dificultad en las cualidades corporales, ya que esta disciplina ayuda a tener un registro de las distintas posibilidades. Comenzarán estudiándose a sí mismas en relación con los demás, para poder incentivar las capacidades individuales tanto físiológicas como las referentes a su personalidad.
-¿Van a recrear en las clases situaciones de peligro cotidiano (un robo, un manoseo, apoyo indebido, etc.?
Realmente no se puede recrear un contexto de peligro real, eso sería una falsedad, pues la complejidad de la vida y de las personas es constante, cada situación es única. Lo que sí hacemos es simular lo más rigurosamente posible el hecho, conceptualizando tácticas para resguardar la vida si así se requiriese.
-¿Cómo vas a trabajar la parte emocional, psicológica?
Una de las virtudes del arte marcial es el camino de la meditación, lo que significa la armonía entre la mente y la emoción, para darnos cuenta de nuestra naturaleza original, y así, por medio de estas prácticas complementarias, poder expresarnos.
-¿Se trata de saber pelear cuerpo a cuerpo o con algún arma contra el agresor?
No, se trata de evitar.
-¿Qué fortaleza vas a fomentar: agilidad, astucia, rapidez?
Observaremos en la práctica técnicas para anticipar una agresión, anulaciones eficaces para resguardar la integridad contra cachetadas, estiradas de pelo, empujes. No se trata de tener un plan, sino de poder manejar un repertorio de tácticas y de flexibilidad, tanto físicas como mentales para adaptar y reforzar la seguridad.
-¿La defensa incluye golpear al varón donde más le duele?
En algunos casos puede ser suficiente. Pero tenemos evidencia por los reportajes que muchas veces, en casos de extrema violencia, se necesitan más medios para anular al agresor, a quien la furia y el nivel de violencia desatados le permiten seguir agrediendo.
-¿Cómo nos defendemos cuando es otra mujer la que nos agrede?
De a poco, la alumna tendrá aptitudes para desenvolverse en las prácticas contra ataques con armas y sin armas, en la cual necesitará un sparring (pelea) leve y progresivo. Pero, repito, no hay que confundir el saber pelear en la calle con los deportes de combate, aunque ciertamente nos ayudan muchísimo (más aun redirigidos a la defensa personal).
-También hay ataques de muchas personas, en “manada” o “pirañitas”.
Una clave básica es sacar ventaja de las debilidades del adversario. Durante un percance o intento de agresión es raro salir ileso, lo más probable es que recibamos algún golpe o corte. Es fundamental estar mentalizados respecto a que, más allá de lo que tengamos en ese momento de valor material, hay que resguardar la vida. Tengo una anécdota personal con los niños “pirañitas” que se me acercaron con vidrios rotos y objetos punzantes... mi determinación fue seguir adelante. Y salí ileso. Lo que quiero decir es que, por más entrenamiento que tengamos, no debemos olvidar que no podemos manejar ciertas situaciones de fondo, porque tienen orígenes sociopolíticos, de familias violentas, y ni qué decir de la violencia organizada.
-¿Qué les impide a las mujeres defenderse?
Creo que es el miedo -proveniente de la opresión- El miedo a qué va a pasar luego. Eso te paraliza y no te permite reaccionar. Pero siempre hay salidas alternativas. Nuestro mayor miedo es nuestra propia luz.
-¿Cuál sería la alumna ideal para absorber conocimientos y aprender a defenderse?
La que siente deseos de ajustar su seguridad.
Beneficios de aprender autodefensa
1) Ayuda a mantener la seguridad durante situaciones de riesgo.
2) Mantiene la tranquilidad mental para lidiar con el estrés.
3) Provee conocimientos para resguardar la seguridad de alguien más.
4) Ayuda a identificar salidas a intentos de abuso.
5) Ayuda a reconocer las herramientas de defensa en diferentes escenarios.
6) Brinda apoyo técnico para desenvolverse personal y libremente.
Para consultas sobre las clases de autodefensa, comunicarse a los números: (021) 444-884 y (0981) 730-492.
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