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El ingeniero Rubén Sanabria, miembro de la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP), recordó que el año pasado la soja (principal rubro de la región) alcanzó una media de 3.000 kilos por hectárea y se espera repetir este nivel de producción.
Los agricultores enfrentaron serios ataques de plagas y enfermedades, las técnicas avanzadas aplicadas en el campo y las favorables condiciones climáticas permitieron superar estas dificultades.
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“Si llegan lluvias hoy o mañana, podemos decir que un 80 a 85% de las 950.000 hectáreas de soja en Alto Paraná tendrán rendimientos muy positivos”, afirmó Sanabria.
Además de la soja, otros cultivos están ganando terreno. En sector sur de Alto Paraná y la zona limítrofe con Caaguazú, el girasol se consolidó como una alternativa de producción y permite la rotación de cultivos.
Programa Avatiky
El programa Avatiky, iniciativa de la Coordinadora Agrícola del Paraguay y la Unión de Gremios de la Producción, beneficia a unos 15.000 pequeños agricultores en todo el país, incluyendo a 2.000 de Alto Paraná.
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”Este programa ofrece una renta muy importante para el pequeño agricultor, especialmente porque muchos de ellos no cuentan con un aguinaldo”, explicó Sanabria. Los agricultores beneficiados reciben semillas, asistencia técnica y fertilizantes para la producción del maíz para choclo.
Esperanza para 2025
Sanabria subrayó que los precios internacionales y los conflictos globales siguen siendo factores clave que afectan al sector agrícola, teniendo en cuenta que gran parte de la producción termina en el mercado exterior.
“Dios quiera que los conflictos internacionales disminuyan y que la economía mundial se estabilice. Nosotros, como productores de alimentos para el mundo, debemos estar en condiciones de abastecer a quienes necesitan alimentos sanos y saludables”, concluyó.