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Con una población total de 1.676 personas privadas de su libertad, la penitenciaría de Ciudad del Este es una verdadera bomba de tiempo. Hace unos días hubo un principio de incendio y con frecuencia se reportan riñas con heridos e incluso muertos, además de fugas. Con la gran cantidad de internos en un espacio reducido y poco personal, la seguridad y la salubridad del lugar es cada vez más insostenible.
Debido a los problemas que genera la superpoblación del penal, además de su peligrosa ubicación en plena zona residencial y comercial se había construido un nuevo centro de reinserción de máxima seguridad en Minga Guazú. Luego de varios meses de espera, el 30 de mayo pasado se trasladó a 40 internos pero la mudanza está estancada desde entonces.
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Los vecinos del penal de esta capital departamental insisten en la mudanza total de la penitenciaría pero desde el Ministerio de Justicia afirman que solo es para condenados, pues serán incorporados a un plan de reinserción social. De los 1.676 internos, solo 571 están condenados.
En la primera fase de la mudanza, el Ministerio de Justicia seleccionó a internos con predisposición, teniendo en cuenta el perfil criminológico, psicológico, sanitario y la conducta. Sin embargo en la segunda tanda se pretende trasladar a las personas privadas de libertad, con un perfil más complicado.
El nuevo establecimiento cuenta con una capacidad de albergue de 1237 plazas, y a través de programas y proyectos de reinserción social y laboral apuntará a reducir los índices de reincidencia en el delito de las personas privadas de libertad que cumplan con sus condenas.