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La Penitenciaría Regional de Ciudad del Este cuenta actualmente con una población total de 1.592 personas privadas de su libertad, de los cuales solo 566 son condenadas y 1.022 son prevenidas, es decir con proceso en marcha y sin sentencia. Como el penal es solo para 500 personas, esta superpoblación genera todo tipo de incidentes.
Desde hace varios meses se espera la mudanza de este penal a la nueva sede de Minga Guazú, cuya obra ya está concluida pero aún están en marcha las obras complementarias. Con la reubicación de los internos se buscará erradicar una serie de falencias del penal.
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Una de las preocupaciones es la insalubridad que genera el hacinamiento, pues muchos internos ni siquiera tenían insumos de higiene personal como jabón. Tampoco tienen lugares para dormir, entre otras falencias. Desde hace varias semanas, el actual director, Benjamín Ozuna, recurre a autogestión para mejorar la condición de los internos.
“Con ayuda de varios sectores nos dedicamos a humanizar el penal porque encontramos gente con problemas de piel, de higiene, de ropa, no se bañaban, con falta de corte de pelo, faltaba jabón, todo eso nosotros hemos solucionado”, relató Ozuna.
Igualmente adecuaron varias celdas para dar lugar a personas que pasaban la noche sentado porque no tenían lugar para dormir. Incluso había celdas que los grupos criminales internos utilizaban como sala de tortura para extorsionar, que fueron transformadas en dormitorio.
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“Estamos haciendo una solidaridad mutua entre todos y aprovechar el máximo espacio que hay para que la gente esté cómoda. El calabozo que se utilizaba para la extorsión, que era un epicentro de tortura, lo convertí en dormitorios. Ese grito que se escuchaba, esa reacción al unísono de pegar la celda, de gritar, eso se acabó acá, dijo en otro momento el director.
Igualmente se reforzaron los horarios de recreación en el patio y las gestiones para proveer de abogado a quienes están con proceso abierto.
Obras complementarias
La mudanza del penal de Ciudad del Este al penal de Minga Guazú depende especialmente de las obras complementarias para la dotación de servicios básicos, como agua potable y desagüe cloacal. Paralelamente, más de 100 nuevos agentes penitenciarios del Ministerio de Justicia están realizando un curso de adaptación.
El nuevo centro penitenciario cuenta con 432 celdas y una capacidad máxima de 1.342 internos. Contará con equipamientos de seguridad de alta tecnología como cámara con sensor de movimiento y de reconocimiento facial.