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La fiscala Viviana Sánchez está a cargo de la investigación abierta contra el guardia privado Hugo Martínez, alias Chori, en la causa 2867/2022 caratulada preliminarmente como producción de riesgos comunes, que está castigada con hasta cinco años de cárcel.
Martínez fue denunciado por un grupo de vecinos del barrio Las Mercedes de Presidente Franco por supuestamente efectuar disparos en el vecindario en la noche del viernes pasado.
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Según la denuncia, el guardia Martínez mantiene una enemistad de hace algunos meses con el futbolista Óscar Garay y con su amigo Lucas Giménez, quien se dedica a la venta de juegos de azar.
Alrededor de las 17:00 del sábado, Martínez, en una motocicleta presuntamente atropelló en la vía pública a Giménez cuando estaba de espaldas. Garay reprochó al guardia por la agresión a su amigo y el incidente no pasó a mayores gracias a la intervención de otros vecinos.
Luego, a las 22:00, aproximadamente, los jóvenes fueron nuevamente atacados en una calle vecinal, pero esta vez a tiros, supuestamente, por Martínez. Los afectados corrieron y se refugiaron en la casa de otro vecino, de acuerdo a la denuncia.
Pese a la infernal balacera, afortunadamente nadie resultó herido. Algunos proyectiles impactaron contra la casa de los vecinos.
Amenaza y agresión a adolescentes
Martínez registra otra denuncia por supuestamente apuntar su arma de fuego a un estudiante de 17 años y agredir a una alumna de 17 años.
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Según los datos, los estudiantes estaban sentados en la vereda de una casa para descansar después de una actividad realizada para recaudar fondos. Repentinamente, Martínez habría aparecido en el lugar a bordo de su moto y la adolescente escondió instintivamente su celular pensando que llegaba un motochorro.
Martínez habría endilgado a la adolescente ser ladrona de celular y supuestamente empujó a la estudiante. Su compañero trató de intervenir, pero fue neutralizado presuntamente a punta de arma de fuego por el guardia.
Los denunciantes solicitaron a la Fiscalía investigar con seriedad la denuncia y comentaron que están preocupados que una persona con aparente descontrol psicológico esté armada por el barrio. Advirtieron que de no adoptarse las medidas pertinentes, puede ocurrir otra vez un fatídico caso de “gatillo fácil”.