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El desprendimiento de los tramos de acceso a la “Garganta del Diablo”, en el lado argentino de las Cataratas del Iguazú fue consecuencia de la significativa crecida del río, limítrofe natural de Argentina y Brasil y que desemboca al Paraná.
La pasarela a la “Garganta del Diablo” se encuentra bloqueada desde el miércoles pasado, día en que las cataratas alcanzaron un caudal de 16,5 millones de litros por segundo. Esta cifra es once veces más del promedio, según la compañía brasileña Copel, que monitorea el río.
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Los daños en la estructura del acceso se conocieron ayer sábado cuando el caudal bajó 10,1 millones litros por segundo. Un video captado vía aérea y divulgado por medios argentinos muestra los tramos arrastrados de la pasarela.
El intendente del Parque Nacional de Iguazú, Atilio Guzmán, explicó que los pilotes de la pasarela se han deslizado al río y están atados con cable de acero. Añadió que una vez que baje el nivel de agua, las piezas serán recuperadas para la reconstrucción del acceso, según consignan varios medios argentinos.
La reapertura del circuito a la “Garganta del Diablo” aún no tiene fecha. No obstante, los circuitos inferiores y superiores están habilitados en el lado argentino para turistas, en el horario habitual de 8:00 a 18:00. Mientras que en el sector brasileño todos los circuitos están abiertos.
Impacto en Paraguay
La crecida del caudal del río Iguazú – propiciada por el vertimiento en centrales hidroeléctricas instaladas en Brasil –, ocasionó inundación de unas 100 viviendas en el barrio ribereño San Rafael de Ciudad del Este.
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La creciente del Iguazú elevó estrepitosamente la cota del río Paraná. Este domingo las familias afectadas del barrio San Rafael retornaron a sus hogares tras el descenso del nivel del agua.