Cargando...
Los paraguayos cruzan el Puente de la Amistad a tempranas horas y comienzan a copar los puntos semafóricos sobre la avenida JK, una de las más concurridas de la ciudad vecina, según muestra un reportaje del canal brasileño RPC.
Lea más: Vergonzoso: Paraguay “exporta” niños para mendigar
La escena de mendicidad de mujeres compatriotas con criaturas en brazos se repite diariamente, sin importar la exposición de los niños al frío, calor, lluvia o tormenta. En muchos casos, ni siquiera la enfermedad de los menores hace que paren con esta práctica, según reveló un vendedor ambulante brasileño.
La estrategia, calificada por los brasileños como “bien organizada”, les reditúa entre 50 y 100 reales por día a las compatriotas.
Una mujer accedió a ser entrevistada y alegó que tanto ella como sus amigas se ven obligadas a cruzar la frontera porque no reciben asistencia del Gobierno y al tener hijos pequeños es prácticamente imposible conseguir trabajo.
“Si tenés bebé es difícil conseguir trabajo en Paraguay, o en caso de conseguir como empleada doméstica ellos te pagan G. 500 mil. Con eso se paga agua, luz y alquiler y ya no sobra nada. De aquí nosotros llevamos comida y cestas básicas; allá el Gobierno no nos provee de nada”, lamentó la mujer.
Lea más: Rescatan a niño que era “alquilado” para pedir limosna
Preocupante aumento
La proliferación de mujeres con criaturas en brazos en los semáforos de las principales avenidas en cercanías del Puente de la Amistad es una realidad social preocupante pero difícil de abordar, según explicaron desde la Secretaría de Asistencia Social de Foz de Yguazú.
Lea también: Pareja utiliza hijos pequeños para pedir limosna
De enero a junio registraron a 135 mujeres, 140 criaturas y 41 adolescentes en las avenidas más concurridas en esta frontera. Explicaron que hace falta una mejor fiscalización en la línea fronteriza para accionar las medidas de protección a favor de los niños y adolescentes.
Reuniones, pero poca acción
Las autoridades paraguayas y brasileñas mantuvieron reuniones desde antes del inicio de la pandemia para activar un protocolo de protección para niños y adolescentes que transitan en la frontera, pero hasta el momento los controles son prácticamente nulos.