Cargando...
El defensor del Pueblo, Miguel Godoy se presentó este viernes en el Palacio de Justicia de Ciudad del Este, a fin de cerciorarse del proceso penal contra el pastor evangélico Inocencio Ramón Denis, acusado por la fiscalía de supuestamente abusar de diez niñas de una comunidad indígena de Alto Paraná.
Lea más: Vicrucis de indígenas en clamor por justicia en caso de abuso de niñas
El caso se había elevado a juicio oral y público en diciembre de 2020. Desde entonces se inició un peregrinaje para los miembros de la comunidad indígena para clamar por justicia.
En al menos siete ocasiones los integrantes de colectividad aborigen realizaron un viaje de 180 kilómetros para acompañar el inicio del juzgamiento del acusado. Sin embargo, el juicio oral y público era suspendido principalmente por chicanas del abogado defensor Enrique Espínola.
Mientras que los nativos regresaban a su hogar desilusionados y con menos confianza en el sistema de justicia. La comunidad indígena se encuentra desgastada, ya que en cada travesía gastan sus recursos para costear el traslado y deja de lado sus actividades cotidianas, sin encontrar por lo menos en compensación la ansiada justicia pronta.
Advierten de prescripción
“La cantidad de suspensiones puede eventualmente desprender de una prescripción en el futuro. Nosotros queremos que el juicio se haga y que se evalúen los términos de las pruebas para que se haga justicia. Estos son casos de víctimas que no tienen voz”, dijo el defensor del Pueblo.
Más info: Piden sancionar a abogado por chicanear en caso de abuso infantil
Godoy explicó que la Defensoría del Pueblo no es parte del proceso, pero que tienen la facultad del control del debido proceso. Sostuvo que cualquier autoridad está obligada a brindar a la institución la información requerida y a exhibir las documentaciones.
El defensor del Pueblo se reunió con la jueza Zunilda Martínez, quien es la presidenta del Tribunal de Sentencia, compuesto también por Marino Méndez y Herminio Montiel.
Según la acusación de la Fiscalía, el pastor evangélico supuestamente había abusado de diez niñas de la comunidad indígena, ubicada en el interior de Alto Paraná. El caso fue denunciado por una docente quien, según su testimonio, observó al acusado cuando presuntamente habría manoseado en sus partes íntimas a un infante.
Tras la denuncia y detención del sospechoso, aparecieron otras niñas a relatar que también fueron víctimas del abuso.