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Durante la audiencia preliminar, el fiscal Federico Delfino ratificó la acusación contra el comisario Alcides Velázquez Iriarte y sus subalternos Eladio Inocente Giménez Caballero, Gustavo Armando Toledo González, Osmar Antonio Paredes Arrúa, Julio Darío Díaz Sosa, Walter Francisco Capdevilla Benítez y Emilio Pérez Arce.
Los citados agentes soportan cargos por asociación criminal, extorsión y extorsión agravada. Están acusados de secuestrar a los brasileños Mateus Mangiocca y Julia de Lima Venancio y supuestamente pidieron el pago de un rescate de 50.000 reales (unos G. 60 millones al cambio actual).
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Los abogados de la defensa de los policías plantearon una serie de incidentes para inclusión y exclusión de pruebas, además de la nulidad de la acusación.
Los defensores Diosnel Persingola y Enrique Villalba sostuvieron que sus clientes declararon en la audiencia indagatoria bajo cargo por la figura de secuestro, pero que finalmente no fueron acusados por el crimen de secuestro, sino por extorsión y extorsión agravada, por lo que consideraron que el derecho a la defensa de los procesados fue vulnerado.
Los incidentes planteados por la defensa técnica y la ratificación de la acusación de la Fiscalía serán estudiados por el juez Vera Ruiz. Se espera en los próximos días la resolución que definirá si los policías serán o no juzgados.
Según los antecedentes, el pasado 18 de enero, Mangiocca y su novia Lima Venancio fueron abordados en un control policial montado sobre la ruta PY02, frente a la comisaría de Torín.
La pareja retornaba en un auto a su país, tras pasar dos semanas de vacaciones en Paraguay. Los policías habrían exigido a los afectados el pago de 50.000 reales bajo amenaza de ser incriminados en narcotráfico y una red de prostitución.
Los extranjeros quedaron en cautiverio un día en una casa en las cercanías de la comisaría. Al día siguiente, fueron conducidos hasta Ciudad del Este por los policías con la finalidad de buscar el dinero del rescate de Brasil.
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La mujer fue liberada para cruzar la frontera para sacar dinero de un banco de Foz de Yguazú (Brasil), mientras que su novio quedó como rehén. Lima Venancio entró en desesperación en la entidad bancaria al no poder retirar la suma exigida por los secuestradores y su comportamiento alertó a un guardia, quien denunció el caso a la Policía de Brasil.
Finalmente, Mangiocca fue liberado sin el pago del rescate, ya que los policías paraguayos se percataron de que el operativo extorsivo había fracasado.