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“Desde que empezó a hacer frío este mes, las ventas fueron mejorando para los que ofrecemos ropa en la calle. De a poco van llegando los brasileños que buscan mayormente abrigos. Las camperas son las que están saliendo bien”, dijo.
Agregó que hay puestos de mesiteros y casilleros que a las 3:30 ya están abiertos, teniendo en cuenta que algunos comercios como los conocidos autoservicios, apostados en inmediaciones del Puente de la Amistad, empiezan a atender al público en ese horario. “A esa hora ya llegan furgones que traen gente del Brasil, entonces venimos temprano para aprovechar”, dijo.
Luego de haber vivido un 2020 prácticamente nulo para el movimiento comercial, esperan que este año puedan compensar un poco en cuanto a las pérdidas que sufrieron a causa de las restricciones que provocó el COVID-19.
”El año pasado, la pandemia nos jugó una mala pasada porque justo cuando íbamos a empezar a vender vino la cuarentena en marzo, lo que fundió prácticamente al microcentro. Los que se dedican a la ropería constituyen un sector importante del comercio y siempre están a la pesca del invierno, que es cuando se hace un poco de plata”. Añadió que las ventas de abrigos se extienden hasta setiembre u octubre.
Por otra parte, reclamó la falta de iluminación en algunas zonas del microcentro y que eso afecta a aquellos que inician su jornada laboral en horas de la madrugada. Específicamente, hizo referencia a la avenida Monseñor Rodríguez en su intersección con Luis María Argaña. “Acá, por ejemplo, los alumbrados públicos no funcionan. Hace falta iluminación para brindar mayor seguridad a los trabajadores y compradores que recorren desde temprano. También nos gustaría que la Policía haga recorridos en esos horarios”, finalizó.