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En la audiencia preliminar, la jueza Dólica Giménez resolvió elevar la causa a juicio oral y público.
Sin embargo, el polémico abogado José Gil López, defensor de Núñez Goiburú, presentó un recurso de apelación con la decisión de la magistrada Giménez. El planteamiento de la defensa es solo para fines dilatorios y su rechazo es cantado en la Cámara de Apelaciones, ya que el artículo 461 del código procesal penal establece que la resolución de elevación a juicio oral es irrecurrible.
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El expediente será remitido al Tribunal de Apelaciones, compuesto por Efrén Giménez, Mirian Meza de López y Nilda Fernández Cattebeke, para el estudio del recurso de la defensa.
El crimen
El 29 de febrero pasado, el joven acusado habría alzado en su vehículo a la fuerza a la niña en una calle vecinal cuando regresaba de la despensa con una esponja en la mano. El rapto fue en el barrio Kavure´i, a unos 3 mil metros de la ruta PY02, de Minga Guazú.
El cruce de llamadas reveló que seguidamente Martínez Núñez se comunicó con su madre aparentemente para informarle que estaba con la menor y posteriormente la condujo hasta una boscosa, a unos 30 kilómetros del lugar del rapto.
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Luego, madre e hijo habrían atado del cuello y las piernas con cable a la niña Naydelin para prenderle fuego cuando aún estaba con vida, según la acusación presentada por la Fiscalía. El informe de empresas telefónicas confirma que los dos acusados estuvieron en el sitio donde se encontraron los restos incinerados de la niña.
Tras el crimen, los procesados regresaron a su vivienda. En este lugar Núñez Goiburú utilizó elementos de limpieza para eliminar rastros de la vestimenta de su hijo. Además, intentaron borrar vestigios del automóvil usado para el rapto, al constatarse que el asiento del acompañante estaba húmedo.
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Durante el allanamiento del domicilio de los acusados, los investigadores encontraron una escopeta, y otras dos armas de fuego sin la debida autorización.
El acusado era pareja sentimental de la tía de la víctima fatal y habría cometido el crimen por un resentimiento al no aceptar la ruptura amorosa.
La investigación fue encabezada por las fiscalas Vanesa Candia y Estela Mary Ramírez.
La madre y el hijo soportan cargos por homicidio doloso en calidad de autores. La mujer también fue procesada por portación ilegal de armas.