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En una entrevista, Carlos había contado que empezó a tocar el saxofón a los 16 años, en el Conservatorio Mangoré. En ese tiempo fue seleccionado para asistir en Curitiba, Brasil, a la Oficina de Música. Ese fue el inicio de una rica carrera musical con destacada participación en festivales internacionales.
Con la banda Big Charlie Blues Band obtuvieron el primer lugar en la categoría profesional en el Festival Competitivo de Blues, en 2014, y fueron invitados a participar en el Festival Internacional de Blues de Asunción, en 2015 y 2016 como grupo, y como solista en 2017 como parte de la All Stars Band, con músicos nacionales y del exterior. Asimismo, participaron de la 11ª Edición de Quito Blues, de Ecuador, que es el mayor del género blues en América Latina, representando a Paraguay.
Sobre por qué optó por el blues había significado: “Es un gusto muy particular que desarrollé con los años, tomando contacto con varios otros géneros igual de importantes, y es el nicho donde encontré amigos que compartían gustos musicales similares a los míos y donde me siento cómodo. El blues canta a lo cotidiano, a las dificultades a la vida, al amor, a la tristeza y a la alegría, de una manera muy particular. Busca que la gente comparta un poco de lo que le hizo estar donde está ahora, porque a lo mejor otra persona pasó por algo similar en algún momento de su vida y sabe de lo que estás hablando, y es algo con lo que se puede relacionar. Yo creo que es eso lo que lo hace tan universal”, fueron sus expresiones durante una entrevista en enero del 2018.
En las redes sociales, varios artistas expresaron su pesar y calificaron su deceso de irreparable pérdida de la cultura.