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El protagonista es Iván Sosa Villalba, funcionario de Itaipú comisionado en la Fundación Tesãi donde funge de gerente administrativo. Además, es un dirigente colorado que milita en el equipo liderado por el diputado Ramón Romero Roa (ANR, abdista).
Sosa Villalba conducía una camioneta Chevrolet Captiva, con matrícula CDH 360, perteneciente a Tesãi, cuando extrañamente perdió el control y chocó contra una columna del tendido eléctrico. El percance fue sobre la ruta VII, en el barrio Santa Ana de Ciudad del Este.
Llamativamente los agentes de la subcomisaría 3ª ocultaron a sus superiores las circunstancias del accidente y el motivo por el cual Sosa Villalba se desplazaba en la vía pública en horario de la madrugada, pese a las restricciones impuestas en la cuarentena sanitaria. Tampoco llevaron al funcionario de Itaipú a la sede la Patrulla Caminera para la prueba del alcotest.
Los policías trataron de ocultar el accidente de tránsito; sin embargo, trascendieron fotos y videos del suceso en las redes sociales.
El subcomisario Mario Domínguez Encina, jefe de la subcomisaría 3ª, dijo que no realizaron el informe respectivo sobre el accidente “debido a que no hubo lesionados ni tercera persona involucrada” y porque se llegó a “un acuerdo con la ANDE para resarcir los daños”.
Consultado si se hizo el alcotest respondió que no y trató de justificarlo: “porque no estaba con aliento a alcohol. El mismo se encontraba volviendo después de acercar a un familiar a su domicilio”.
Intentamos comunicarnos con Sosa Villalba para conocer su versión. Pero no atendió nuestras insistentes llamadas telefónicas en su línea con terminación 219 y tampoco respondió nuestras consultas por mensaje de texto.
Cada día salen a luz dudosos procedimientos policiales durante los controles efectuados en esta cuarentena sanitaria. El sábado pasado, el activista social Gerardo Franco denunció que fue extorsionado para que pagase G. 1.500.000, supuestamente por policías, para no incriminarlo en narcotráfico.
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Un docente también denunció que supuestamente fue extorsionado por los agentes de la comisaría 4ª de Ciudad del Este.
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Al principio de la cuarentena los agentes fueron bien ponderados por los controles. Sin embargo, en los últimos días la tarea policial se ve manchada por denuncias de corrupción y bandidaje.
Según el presidente del Colegio de Abogados de Alto Paraná, Mauro Barreto, los policías en sociedad con los fiscales se llenan los bolsillos con los controles extorsivos.